Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todo los judíos salíesen de Roma. Fue a ellos. Hechos 18: 2.
En la antigüedad era una cosa normal tomar el nombre de un animal, bien sea por seguridad por causa de su religión. Aquila significa “Ahúlas.”
Así pasaban desapercibidos dentro de la sociedad. Este judío era de “póntico de raza”. Esto quedaba en Asia Menor donde había un gran número de familias judías por causa de la diáspora, esto lo podemos comprobar en Hech.2:9-10; cf. 1º pedro 1:1).
Esto también sucedió en tiempos de los Valdenses, donde miles de familias buscaron un hogar fuera de Italia.
Y muchas familias protestantes emigraron a las Américas en busca de seguridad por causa de su fe.
Estos judíos estuvieron en una gran mayoría en jerusalén en el primer pentecostés después de la crucifixión (Hech. 2:9).
Los hijos de Dios debemos tener puesta las miradas en los acontecimientos que marcan Daniel y Apocalipsis.
Claudio tenía gran tolerancia con los que no eran romanos, los vigilaba para asegurarse su lealtad.
Pero tenía una mayor tolerancia con los judíos, ya que estos tenían un poder económico más fuerte que los que no eran romanos y influían en las capas sociales más altas.
El decreto de Claudio para expulsar de Roma a los judíos, fue las luchas entre los mismos judíos y los cristianos que vivían en roma, porque estos proclamaban a Jesús como el Mesías, que murió en la cruz. (CBA. tomo 5. pag 72).
Entre estos expulsados estaba Aquila y Priscila, judíos con quienes Pablo se relacionó mientras predicaba en Corintio, en su segundo viaje misionero (Hech 18:2).
La historia siempre se repite, en cualquier país y se volverá a repetir. Recordemos a los Valdense, perseguidos por causa de su fe, y por declarar el Evangelio Eterno.
Todos los que quieran producir frutos como colaboradores de Cristo deben caer primero en el suelo y morir a este mundo.
La vida debe ser echada en el surco de la necesidad del mundo.
El amor y el interés propios deben perecer (DTG, p.576). Pablo conoció a muchos judíos que conocían a la historia de Cristo y se convirtieron.
Pablo saluda a Andrónico y Junias, a quienes mas tarde manda saludos.
La obra de llevar el evangelio no es fácil cuando somos guiados por él Señor.
La misión de Pablo fue de llevar la salvación al mundo conocido, llegando hasta España. La nuestra es la misma, dar las nuevas de la venida de Cristo.
Jesús nos invita a ser como Pablo, como Lutero y tantos otros, que murieron por su fe en Cristo.
MARANATA.
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