SED SANTOS.

Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo 
de vuestra peregrinación. Sabiendo que fuisteis rescatado de vuestra vanas manera de vivir, la cual recibisteis de vuestro padre, no con cosas corruptibles, como oro o plata. 1º Pedro 1:17-18.

Dios llama a sed santo a su pueblo (Liv. 11:44; 129:2; 20:7. La evidencia textual “seréis” Es indudable que existe una estrecha relación entre la santidad y los hábitos alimentarios. 

La santidad comprende la obediencia a las leyes divinas relacionadas con el cuerpo físico. 

Estos estatutos alimentarios fueron dados a Israel de antaño y se adaptaban a sus circunstancias. La mayoría de los Judíos aún los respetan , y estas leyes han servido bien cuatro mil años. 

La condición física de los judíos da testimonio de que estas reglas no son obsoletas ni han perdido su vigencia, si es que entendemos que su propósito es el de producir un pueblo libre de manchas de las enfermedades que azotan a los hombres. 

Pablo da por hecho que los que oyen su mensaje saben lo que quiere decir. “ya que invocáis” al Padre y seguiréis invocándolo al Padre, el cual no hace acepción de personas. 

Sed consecuentes en vuestra manera de vivir, y de alimentarte. Pablo era consciente de la alimentación que tenía el mundo en aquella época. “que a la sazón no ha cambiado mucho”. 

El Padre juzga mediante el Hijo (Jun.5:22; 2º Cor. 5:10). Pablo está citando (Pro.24:12 y Sal. 62:12). La enseñanza de las Escrituras será la que juzgue al hombre de acuerdo con lo que ha hecho. 

Es importante entender esto en su contesto, el pueblo de Dios debe de seguir una conducta en todos los sentidos, si ama a Dios. Israel fue protegido de grandes enfermedades, fue un pueblo sano hasta hoy día. 

¿Hay temor en su pueblo hoy? En el buen sentido de la palabra. Si la relación con Dios induce al cristiano a vivir con reverencia, pues sabe que su conducta diaria reflejara su actitud con Dios. 

No sólo en lo espiritual, sino también en la alimentación. Es to me recuerda a una leyenda de la Edad Media. Cierto rey, conquisto reinos y ciudades, y se tenia que presentar ante el jefe de la iglesia. 

El poema reza así: “El rey se levanto de mañana, y se miro al espejo que estaba delante de él. Y frente al espejo él dijo: “ has pasado la prueba más difícil y más peligrosa, si el hombre del espejo es tu amigo. 

Puedes engañar a nobles y a plebeyos, incluso al príncipe de la iglesia, y con el paso de los años al mundo que te rodea. 

Pero la recompensa final de tu vida será congoja y lagrimas, si has engañado al hombre del espejo”. (Cuentos y leyenda de la Edad Media). 

Pablo nos dice en Gálatas: No os engañéis: Dios no puede ser burlado; que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará Gal. 6:7. ¿El pueblo de Dios vive de acuerdo con la luz recibida?

MARANATA.

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