martes, 1 de septiembre de 2020

PECADORES SANTOS Y CHAPUCEROS.

Porque mi pueblo es necio; no me conocieron los hijos ignorantes y los entendidos; sabios para mal hacer, y para bien hacer no supieron. Jeremías 4:22.
Esta declaración del profeta Jeremías, dada por Dios ha servido a través de los siglos para el pueblo de Dios. Cierto es que Dios no responde a las preguntasen cuanto a la duración de los castigos, pero presenta la causa de ellos. 

Se nos presenta dos perspectivas, la destrucción que se describe y la desolación de la tierra de Judá, y la otra es las condiciones que habrá en el gran día de Dios, al final del tiempo (Ed.176; CS.355-356). 

Hay un clamor departe del pueblo, es un clamor desesperado del que no ve ninguna perspectiva de que todo concluya. 

Estas declaraciones ha constituido una realidad en todas las épocas. Aunque Dios no responde directamente a las preguntas de sus hijos, en cuanto a la duración del castigo, pero presenta la clase moral de su pueblo. 

Una gran cantidad de habilidad humana se desperdicia en cosas que son destructivas, y en cambio resulta difícil conseguir los recursos necesarios para llevar a cabo lo que es bueno. 

El profeta ve en visión lo que pasara en la tierra. Ya sea el presente inmediato o en el futuro próximo Deut. 18:15; pp.27-40. 

Se puede interpretar como una aplicación a como estará la tierra durante el milenio (CS. 717). 

El hombre gasta su dinero en cosas que destruyen la salud, cuando se podría gastar en actividades que promueva la salud, ¡cuántas bendiciones podría obtenerse! 

En este mundo esta lleno de hábiles pecadores: pícaros inteligentes, jugadores astutos, manipuladores hábiles, cuyo propósito en la vida consiste en perjudicar a sus semejantes para obtener beneficios personales. 

Hay también, y es triste decirlo, mucha gente “buen” que jamás pensaría en cometer un delito, pero fallan a la hora de hacer cosas constructivas. 

Entre estas personas se encuentra maestros, predicadores, abogados, médicos hombres de negocios etc. Todas esta clase de personas estaban en la ciudad de Judá. 

Pero el rey de Babilonia sólo se llevo a una parte del pueblo, que no habían doblado su rodilla a Baal. Cierto que el profeta no describe la aniquilación total, Judá volvería a revivir. 

Este es un presagio de los acontecimientos que caerá al ser humano, por desobedecer la ley de Dios. 

La pregunta es: ¿Que aremos? El cristiano se tiene que preparar para la eternidad, haciendo la voluntad de Dios Hecho 16:30. 

Judá demostró poca fe en Dios, sin fe es imposible creer en Dios, La fe establece una vivencia personal con Cristo. Procuremos adquirir una mayor habilidad para servir a nuestro Dios.
MARANATA.
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