¿PORQUE NO AMAMOS MÁS A JESÚS?

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. . . herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por sus llegas fuimos nosotros curados. Isa. 53: 4-5.

La Biblia es el libro más leído en el mundo cristiano, pero aún entre el Islam y las religiones hinduistas, respetan el libro de la Biblia. La historia más tierna y más leída es la que Isaias nos relata de los padecimientos de Jesús. 

¡Aun el hombre más noble o el más dulce de este mundo no se conmueve de lo que se dice de Jesús! Aun los cínicos, los ateos, los agnósticos y escépticos etc, admiten la dulzura  y la amabilidad de Cristo.

El hecho de que sufriera y muriera por nosotros, y no por causa de si mismo, se repite nueve veces en estos versos. Nadie ama el sufrimiento, pero Cristo murió y sufrió por causa del hombre.

Hay una separación  entre Dios y el hombre por causa del pecado. Pero el amor del Padre es tal, que puso en las manos de Jesús la libertad del hombre, y así restablecer la comunión con el Padre (DTG. p. 16).

Vivimos en un mundo frio, materialista, el amor por los de más se está enfriando, hay con toda seguridad, miles de personas que aceptarían  tener una nueva conversión  y una regeneración espiritual con Cristo.

Los cristianos  del primer siglo, hasta 1789, muchos de ellos sufrieron la tortura, el frio, y muchos la muerte por amor a su Divino Maestro.

El enemigo hizo que los sufrimientos de Jesús parecieren como castigo infligido sobre él por un Dios vengativo por causa del pecado (DTG. p. 437). ¿Que es lo que hace que este Dios-hombre sea tan amado y reverenciado por el hombre?

Cristo recibió, el castigo necesario para que estemos en paz y en armonía con Dios.  El pecado supuso la separación entre Dios y el hombre, y Cristo reunifico la distancia entre el hombre y Dios.

Por sus llagas fuimos curados, y por su muerte somos revividos. Hablamos de ser dadivosos, serviciales, amables, clementes, humildes, buenos en gran manera, y generosos; Cristo era todo esto , y mucho más. 

Cristo en su último momento de su vida, insto a Judas a repentirse, Cristo amaba a Judas, pero el orgullo y los celos rompieron el cordón que los podía unir en la vida eterna.

Hoy en nuestro siglo, hay muchos  que representan a Judas. Jesús hace resaltar lo mejor que hay en cada persona. Nos indica que el camino para la salvación, es la humildad, el reconocimiento de tu situación, que te arrepientas y que vuelvas a él.

El tiene la forma de separar lo malo que hay en nosotros  y lo bueno y ayudarnos a conseguir una renovación total de nuestra vida en Cristo. Jesús siempre cumple su palabra, y nos ha prometido compartir con nosotros la eternidad. "Yo os daré parte del reino de mi Padre.

MARANATA.

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