NO TEMAS.

Mas luego Jesús les habló, diciendo: Confiad, yo soy. No tengáis miedo. Mat. 14:27.

Ni por un momento perdió de vista a los discípulos. 
Estos estaban cuidados por el Espíritu Santo hasta que Jesús saliese de la tumba. 

Los discípulos en tiempos habían adoptado tres vigilias, (Luc.2:19), pero bajo el gobierno romano habían adoptado cuatro vigilias. La cuarta vigilia romana iba de las 3 hasta la 6 de la madrugada. 

Durante esa noche, el Señor no había perdido de vista a sus discípulos, pero la tormenta por la cual atravesaban sus almas se calmó y Jesús “vino a ellos” sólo cuando se vieron por perdidos y subyugados, apagaron su ambición profana y en humildad oraron pidiendo ayuda, les fue concedida. 

Esta es una lección para el cristiano, nuestro orgullo debe de ser humillado, si así no lo hacemos, no vendrá la ayuda deseada. 

Los dos discípulos dieron la noticia de la resurrección, Cristo había resucitado. 

Cristo se les apareció, Todos lo vieron, No era una alucinación de los que estaban en el aposento alto. “Se atemorizaron” La superstición popular no se había borrado de todo de su mente. 

En su mente limitada por las circunstancias de la época, estaba sujeta a su tradición. “Aparición”, o “espectro” “fantasma” era la aparición de algo que no podían comprender ni explicar. 

“Paz a vosotros.” “Entonces ellos se espantaron y se asombraron, pensaban que veían un espíritu. 

¿Porque estáis turbados? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo (DTG p.743-744).

La fe y el gozo remplazaron a la incredulidad, y con sentimientos que no podrían expresar en palabras, reconocieron a su Señor. Que lección tenemos en este texto. 

Hoy mucha gente busca a Cristo por medio del espiritismo, para que les ayuden en algún motivo de su vida. Los tales no conocen a Cristo. Otra lección que podemos sacar de este texto es. 

Cuando Cristo venga a la tierra por segunda vez, todo ojo le vera. Se manifestara ha sus discípulos de todas las épocas. 

Y así como Cristo resucito de los muertos, han de resucitar los que duermen en él. 

Conoceremos a nuestros amigos cómo los discípulos conocieron a Jesús. 

Pueden haber estado deformados, enfermos o desfigurados en esta vida mortal, y levantarse con perfecta salud; sin embargo, el cuerpo estará glorificado pero su identidad será perfectamente conservada. 

La pregunta es: ¿Quieres estar con Jesús? ¿Quiero yo estar con Jesús? 39 Revelemos en nuestro carácter a Jesús, y muchos reconocerán a Jesús.

MARANATA.

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