LA RELIGIÓN GENUINA

                                                         

Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. Miqueas 6:8

Este pasaje a sido mal interpretado por algunas religiones. La respuesta que dio Miqueas no era una nueva religión ni un cambio de los requerimientos divinos. 

El propósito del plan de la salvación --- a saber, es la restauración de la imagen de Dios en el ser humano – esta había sido relevada a Adan, y el conocimiento de este propósito había sido transmitido personalmente por el Espíritu Santo (Rom. 8:16). 

Fue revelado por los profetas. En tiempos de Miqueas tenían el Pentateuco en forma escrita y otras porciones de la Biblia, así como los testimonios de Isaías y Oseas etc. (Ose.1:1; Isa. 1:1; Miq. 1:1). 

Sin embargo el pueblo había olvidado que los ritos externos no tienen valor sin una verdadera piedad. 

La principal misión del profeta era de enseñar a la gente que una mera práctica religiosa externa no podría sustituir al carácter y a la obediencia intima (1º Sam. 5:22; Sal. 51:16-17; Isa. 1:11-17; Ose. 6:6; Jer. 6: 20; 7:3-7; Juan 4:23-24). 

¿Esta pasando esto mismo en el pueblo de Dios, que espera su venida? ¿Que nos conformamos con una religión externa? Dios no deseaba los bienes de ellos, ni los nuestros, lo que desea Dios era su espíritu; no sólo su culto sino su voluntad. 

Esto es lo que Dios quiere de su pueblo (Efe. 1:9-10; Jesús dijo: Mi comida es hacer tu voluntad Jun: 4:34; Sal.40:8), no sólo su servicio sino su alma. 

No hay ningún ideal más elevado ni más difícil de alcanzar que la manifestación de un amor real hacia Dios y el hombre. Es mucho más fácil tener una religión formal y adherirse a los reglamentos que manifestar un amor auténtico. 

El hacer justicia, es colocar a Dios en primer lugar, y ordenar tu vida de acuerdo con los “juicios” de Dios. Humíllate ante tu Dios. Es decir: “camina humildemente” ante tu Dios, y pongamos en armonía nuestra vida con Dios (cf. Gén. 5:22; 6:9).

“Hacer justicia, y amar misericordia” es proceder con rectitud y bondad. Estas virtudes afectan nuestra relación con nuestro prójimo y resumen el propósito de la segunda tabla del decálogo (Mat. 22:39-40).

De modo que Miqueas realmente no lanza un desafío. El Señor dijo esto mismo con palabras diferentes en su discurso del gran mandamiento de Dios. 

“amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. . .Y amaras a tu prójimo como a ti mismo” (Mat.22:37-39).De estos dos mandamientos Jesús dijo que “dependía toda la ley y los profetas”. La gran pregunta es: ¿Quien o quienes hace o hacemos esto?. Esto seria el amor expresado en acción.

MARANATA.

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