MANIFESTANDO EL AMOR.

Entonces dijo a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y el dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 
Ahora pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. Gén. 45: 4-5.

El discernimiento y la clemencia es un don que Dios concede al hombre de bien hacer. Hasta ese momento José había sido conocido como Zafnar-panea, como el gobernador de Egipto. Pero la situación cambio cuando se dio a conocer. 

En José no había rencor ni odio, soporto las pruebas y las criticas como un hijo de Dios, cuando esta consagrado por entero a su Dios. Sus hermanos estaban turbados, no sabían que hacer ni que decir.

Los hermanos estaban abrumados por la grandeza de su poder, pero recobraban el sentido de lo que habían hecho en el pasado. Hasta el momento nadie les había castigado por su crimen, ya que nadie lo conocía excepto Dios y José. 

Así es en la vida humana, los hombres y mujeres cometemos actos vergonzosos que sólo Dios conoce, y nosotros. 

Pero las consecuencias de tales actos, tiene un precio, ya no en la vida, sino para la vida eterna. 

Jose les animo a que no se entristeciera, sino que cobrase animo y que lo comunicase a su padre. 

Cuando el hombre cae en las garras de la crueldad humana, en sus vicios y pasiones; Jesús está para decirnos, no temas confía en mi, yo te ayudare en tu vida. 

Siempre hay una manos que nos ayuda en esta vida. José les comunica que le envió Dios para ayudarlos, en esos momentos de dificultad. 

Así nuestro Padre celestial mando a su Hijo para ayudarnos en nuestro momento de dificultad. Cierto es: que José podría haber reprochado a sus hermanos, pero en vez de hacerlo manifestó simpatía y consideración hacia ellos. 

De la misma manera en el Edén, el Padre podría haber reprochado a Adán y a Eve por desobedecer a sus requerimientos, pero no lo hizo, sino que dio la solución a su problema. 

Dios envió a su Hijo para salvar al hombre y conducirlo a la vida eterna. Sólo hay un problema, que creamos en su gracia y en su poder salvador. 

José nos ha dejado un legado de amor hacía el hombre, a saber: El amor y el perdón, son la base del amor de Dios para con el hombre. 

Pero el hombre debe de manifestar la humildad y el arrepentimiento. José nos enseña A/ Las desgracias no necesariamente obstruyen el camino hacia la eternidad. 

B/ La rueda de la vida a menudo nos enfrentan con nuestro propio pecado. C/ Lo más grande que un hombre y mujer puede lograr es la disposición a perdonar a sus peores enemigos. 

Dios repitió que enviaría a su Hijo para liberar de la esclavitud del pecado a los hombres, Cristo murió y resucito y está entre los vivos para danos la salvación. 

MARANATA.

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