Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abraham en visión, diciendo: No temas, Abraham; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Gén. 15:1.
Esta es la primera vez que se menciona “No temas” y la notable frase “la palabra de Jehová” La primera, se menciona en la Biblia por primera vez, que a lo largo de las escrituras se mencionara muchas veces.
Abraham estaba pasando por una prueba traumatizante. Los 5 reyes del desierto habían capturado a Lot y su familia, y reunión 318 hombres para librarlos de estos reyes (cap.14).
Dios le dio la sabiduría y la fuerza para librar a su familia. Dios le anima con palabras de amor. “No temas”
Son palabras tranquilizadoras ya que el propósito era que la mente de Abraham quedara en paz.
Abraham mantenía momentos de ansiedad, pues sabía que los reyes podían venir en gran numero para destruirle. Dios interviene, “No temas”. Dios le prometio ser “su escudo”.
Se le dio la promesa de que su descendencia formaría una gran nación.
En las horas mas sombrías de un cristiano, el Señor está con nosotros, nos anima y nos dice: “no temas”
“Yo soy tú Dios” En su amor y compasión, Dios ara brillar su luz sobre los hijos de su pueblo para alumbrar al mundo.
“Yo soy tú Dios” En su amor y compasión, Dios ara brillar su luz sobre los hijos de su pueblo para alumbrar al mundo.
Abraham fue un faro en medio de la idolatría, sabía que Dios no lo abandonaría. Dios nos a dicho vez tras vez “No temas” pueblo mio ni tengas temor.
Dios nos manda que brillemos como la luz del sol. Este mundo aun tienen oportunidad de conocer la verdad, y tú y yo, somos esa luz. “No temas” Yo estoy contigo.
Es uno de los pasajes más reconfortantes saber que Dios esta a nuestro lado. “No temas manada pequeña”, fue parte del mensaje de Jesus a sus apóstoles.
A través de estos dos mil años, hombres y mujeres fueron alentados con estas promesas. Los hijos de Dios serán probados como lo fue Abraham.
Cristo tiene un mensaje para cada uno de nosotros, “No temas” sigue adelante, testifica en quien as creído, y no mires atrás de ti.
En esta época que se nos avecina, llena de incredulidad el cristiano tiene que avanzar entre la tempestad de la idolatría. Abraham demostró su fe ante la adversidad.
Nada es demasiado precioso para entregárselo a Jesús. Estos actos de Abraham nos enseña una gran lección de confianza en aquel que murió por nosotros.
Son las pequeñas cosas, los pequeños detalles, la confianza en sus requerimientos lo que hace la fidelidad a Dios.
Con la obediencia de Abraham se nos enseña que nada es demasiado precioso para que no se lo demos a Dios.
Con la obediencia de Abraham se nos enseña que nada es demasiado precioso para que no se lo demos a Dios.
No importa que usted sea noble, encumbrado, o un simple plebeyo, Dios te dice hoy: “no temas” Acércate a mí y Yo me ha cercare a ti.
MARANATA.
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