LOS HIJOS DE DIOS ESTÁN DESTINADOS A SER.

Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por la cual clamamos: Abba Padre. Romanos. 8:15

El hombre una vez huyó de sí mismo ante la presencia de Dios. Durante la existencia del hombre, siempre a estado en un estado de huida ante lo desconocido, bien por temor a lo desconocido o por no querer enfrentarse con la cruel realidad de un Dios de amor. 

Todos hemos tomado una trágica vacaciones de nuestra personalidad consciente. En el comienzo de la era cristiana, cuando el creyente aceptaba a Cristo como su redentor y salvador. 

El espíritu Santo le hacía comprender la palabra, al hombre abatido o sentimental. El “reconocimiento de esclavitud”, o “sensación de servidumbre”, o “tener un espíritu angustiado” por las circunstancias de la vida; 

El Espíritu Santo le hacia ver su necesidad de ir a Jesús. Es la gran obra del Espíritu Santo. 

La libertad de los hijos de Dios es constante en la palabra de Dios. 

Muchos escritores y filósofos y hombres de ciencia niegan la existencia de un Dios. Uno de los escritures Españoles, Don. Salvador de Madariaga, no creía en un Dios, ni se lo planteaba. 

Toda su sabiduría no le valió para nada. Hablo de este señor, con derecho de causa. “Se ha pasado la vida dejando caer baldes vacíos a pozos vacíos; y su mente divagaba en un mundo vació”. 

Hay hombres que desecha la obra del Espíritu Santo en sus corazones, tuvieron la oportunidad y la rechazaron. 

La personas que aún esta bajo la ley y en su servidumbre del pecado (cap. 6:14), es acosada por sentimientos que causa la sensación del pecado no perdonado (ver. Rom. 1:32; cf. Heb. 2:14-15). 

Si queremos tener paz, si deseamos tener éxito y experimentar gozo, debemos volver a nuestro verdadero yo, al yo que Dios quiere que tengamos. 

El hijo prodigo tuvo que hacerlo; el apóstol Pedro lo hizo; y lo propio le ocurrió a Pablo. Muchos hombres temerosos de Dios, experimentaron la soledad que resulta de huir de la propia identidad.“Tú tienes que hacerlo, lo mismo que yo”. 

Si queremos ver a Cristo en su segunda venida. Es donde debemos dejar que el Espíritu Santo obre en nuestros corazones, ahí esta la raíz de todo el problema del hombre, no dejamos hacer al Espíritu Santo su labor en nosotros. 

Muchos de estos hombres volvieron bajo el “espíritu de adopción”. 36 El único norte de la personalidad consciente del hombre reside en Dios. 

Todos hemos sido dotados de una potencial eterna significación. La imagen divina ha sido estampada en cada uno de nosotros. No temas de lo que Jesús pueda hacer en tu más intimo yo. 

Síguele, huyendo más bien del “espíritu de servidumbre” y clamando “¡Abba, Padre!”

MARANATA.

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