LA FE DE UN CRISTIANO.

Y creyó a Jehová, y El se lo contó por justicia. Gén. 15:6

El verso se refiere a Abram. Dios le había repetido la promesa de que su posteridad sería muy numerosa como las estrellas del cielo. 

Abram con forme a las practicas de Babilonia, según el código de Hammurabi (1792-1750 a.C.) era por costumbre a no tener descendencia tenía que escoger al hombre de mayor confianza y adoptarlo como hijo. 

Esta costumbre es usada en el Japón, Cuando una familia no ha tenido hijos adoptan a un joven para que se haga cargo de ellos y de la erencia. 

Otro problema que venia a su mente mas inmediato, era que venia a su mente la promesa divina que lo había había llevado a Canaán. 

Es la primera vez que aparece “Señor Dios”, 'Adonai Yahweh', Abrahán reconoce a Dios como su Señor, Gobernante y Monarca. Con humildad Abram se dirige a él como 'Adonai' “mi Señor”. 

Cuánta reverencia hay en este testo hacia el Dios del universo. Y cuan poca reverencia hay en nuestras iglesias al finalizar el culto. 

Estamos aun en la presencia del Dios todo poderoso, pero no queremos entenderlo; seguimos siendo siervos inútiles y mal educados. 

No son los tiempos antiguos mejores que los nuestros, es la educación y el respecto al Dios Omnipotente. Abram tenía presente que lo que Dios le había prometido se cumpliría. ¿pero cómo? 

No tenía hijos y su esposa estéril. Dios le hace mirar el cielo cuajado de estrellas, así será tu descendencia. “Creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”.

Pablo usó este texto como la piedra angular sobre la cual erigió la doctrina de la justificación por la fe (Rom. 4.3; Gál. 3:6). La verdadera fe va acompañada de obras. Este es el problema que tenemos el cristiano, la falta de fe, o confianza en nuestro Dios. 

Recuerdo a la hermana Pascuala, cada vez que la visitaba, ella casi de cien años me decía: “Hermano Josue” que poca fe tenemos el pueblo de Dios, si tuviésemos fe , Cristo ya habría venido. 

Nos conformamos con las cosas de este mundo, no vemos las estrellas a la anochecer, no percibimos las promesas de Dios. Esa disposición voluntaria para aceptar le fu contada por justicia. 

Abrahán era muy humano y cometía errores, pero confiaba en un Dios de amor y hacía posible que el Señor lo guiara. 

La fe de Abrahán y su confianza en Dios es comparable a la de un niño. 

A pesar de sus errores como humano Dios estaba con el. Hay una lección para nosotros en la experiencia de Abrahán. 

Dios busca creyentes. Sabe que los que creen también conocerán y aran, pero su conocimiento y sus obras no los salvaran.

MARANATA.

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