EL LLAMADO A SERVIR.

Y de noche apareció a Pablo una visión: Un varón Macedonio estaba en pie, y rogaba, diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Hechos. 16:9

En nuestras vidas hemos tenido sueños agradables, el soñar es bueno para el hombre. Pero en este caso, era Dios que intervenía dando una visión a Pablo. 

Lucas emplea “hórama”lo menciona doce veces, en el NT. El llamado era muy importante dependía las vidas de muchos creyentes que querían conocer al Cristo que fue crucificado. Ya que la noticia de la muerte de Jesús y sus hechos corría como la pólvora. 

Era un país al norte de Grecia clásica. Y estaba bajo el gobierno de Filipo (359-336 a.C.) y fue de Alejandro Magno 336-3239 logrando gran poder. Pero en el año 142 a.C. 

Se convirtió en una provincia Romana. Era hombres y mujeres cultos, dispuestos al dialogo y a saber de la verdad acaecida en Israel. 

Cierto es que había muchas comunidades Judías, que podrían poner una gran base para el evangelio. Pablo conocedor de las costumbres griegas y romanas, savia que el hombre de la visión era Macedonio. 

La visión la tuvo en Troas, o camino de Troas. El llamado era para que Pablo entrara en Europa para predicar el evangelio. Este es unos de esos momentos cruciales en la historia de Europa. 

Muchos jóvenes son llamados a cumplir una tarea similar a la de Pablo, pues el futuro de ese pueblo, región o país o ciudad; dependerá de tu respuesta a Dios. 

Pablo no vacilo en responder al llamado de Dios. Tú Joven, y yo, estamos comprometidos en este llamado. 

Cristo nos llama de diferentes maneras, a diferentes lugares, y con diferentes métodos; pero todos somos llamados a salvar almas que perecen en un mundo globalizado. 

El llamado a Macedonia, a tu pueblo, o a tu ciudad; es el clamor de quienes no conocen a Cristo, ha impulsado a hombres y mujeres, y incontables millares a abandonar sus hogares para llevar el Evangelio a las tierras extrañas. 

No obstante ¿no somos culpables a veces de poner indebido énfasis en el servicio misionero y lo deberes ministeriales? ¿No existe a menudo un matiz de egoísmo materialista en nuestro interés? 

¿No somos perezosos para trabajar en la viña? ¡Pero si somos vivos para trabajar en nuestros beneficio! La hipocresía abunda en el pueblo de Dios. Damos más importancia a las cosas materiales que a las de Dios. 

El Señor dijo: yo os envió como a ovejas en medio de lobos. . . No solamente en el mundo, sino en la casa también. 

En el mundo Tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo” (Mat. 10:16; Juan. 16:33). 

Cristo sabía cómo instar a los hombres y mujeres a unirse en la tarea de dar testimonio por él.Dios quiera que hoy nuestra respuesta esté a la altura de la demanda de Dios.

MARANATA.

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