EL DIOS VIVO.

El no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros muchos erráis- Marcos 12:27.

Este texto solo aparece en el libro de Marcos. 

Pero es tan significativo para nuestro tiempo, que el comprenderlo puede ser determinante para nuestra salvación. 

Vivimos en un mundo de idolatría por cualquier parte que miremos. No importa que creencias religiosas tengas, y si eres ateo, cristiano, Hinduismo y sus ramas a yacentes. 

Dios no es un Dios estático, hecha de manos de hombres. Dios es activo, que se desvive por la raza humana. “Pero” el hombre ignora este amor de un Dios grande y misericordioso. 

A través del tiempo, la figura de un Dios de amor, fue distorsionada por la raza humana y por Satanás o Lucifer. 

El hombre y las mujeres, se han vuelto más atrevidas contra nuestro creador, su único dios son la moda, las joyas, las pinturas y las fiestas. 

No hay cabida para pensar en un Dios de Amor, pero cuando llega la prueba, nos acordamos y clamamos por ese Dios que hemos desechado. 

Mencionemos algunos hechos históricos. El emperador Carlomagno toda su vida la dedico en combatir contra Dios. 

Murió y sus súbditos colocaron su cadáver en posición sentada. Le colocaron una corona y un centro entre sus dedos. 

¡Horrenda burla de un pasado de esplendor! Napoleón Bonaparte, que de bueno no tenia nada. Fue colocado en un mausoleo, lo chocante es que todas las personas que visitan su tumba deben inclinase y mirar hacia abajo. 

Todas estos honores no sirven para nada, estos hombres están muertos y sus huesos hecho polvo. Podíamos nombra reyes de España grande en poder y majestad, como Carlos V por mencionar alguno. 

Lo triste que todos estos hombres que la historia llaman grandes, no están para ser ensalzados en la vida. No ocurre así con el Emperador mas grande de la historia de la humanidad y del universo. Él vive. 

Es Rey de Reyes y reina por los siglos de los siglos.¡Servimos a un Salvador vivo! No obstante, muchos hijos de Dios actuamos como si Jesús nunca hubiera levantado de la tumba.

Tenemos una experiencia cristiana que esta muerta, y solamente crecemos en el camino de Dios cuando éste coincide con el nuestro. 

La diferencia que marca entre un cristiano y uno del mundo es, nuestra aceptación de un Rey vivo. Vivir una vida que sea un testimonio para los de más. 

Tener una comunión con el y depender de él. Vive ahora, y vivirás eternamente. Tu Dios es un dios viviente. Permanece a tu lado en todas tus dificultades. Vive una vida consagrada a Dios.

MARANATA.

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