RIQUEZAS ETERNAS.

Y cuando vine a Troas para predicar el evangelio de Cristo, y una puerta me fue abierta en el Señor. 2º Cor. 2:12

Este texto revela la profundidad y el afecto de Pablo por los creyentes de corintios y sus interés inalterable en el bienestar de ellos. 

Lo más lamentable bajo el cielo no es que seamos pobres sino que seamos tan ricos y no lo sepamos. 

Se cuenta la historia de un hombre que poseía una fortuna; no obstante, se imaginaba que era pobre y vivía con poca plata a la semana y un pan debajo del brazo. 

Esta historia es real y sucedió en mi ciudad. Ahora bien, ese hombre, ¿era pobre y rico? Ambas cosas; millonario en la posibilidad y pobre en la realidad. ¡Ay! ¡Que pena ! Y el mundo muriéndose de hambre.

Cuantos cristianos son precisamente eso: pobres con la posibilidad de ser millonarios. 

Viven en precarias condiciones, y espirituales, cuando todas las inescrutables riquezas de Cristo podrían ser suyas con tan sólo pedirlas.

Todo lo que se necesitan hacer es extender su mano y aceptar una erencia tan maravillosa que le haría parecer ante el hombre
sucio y pobre, ante las mayores fortunas terrenal. El cristiano puede compartir el eterno reino de Dios en la tierra. 

Las riquezas que Dios ofrece al hombre que le acepta, es la paz, la seguridad de su protección y como consecuencia vivir en un mundo mejor. 

Pablo expresa el poder del evangelio en los corintios, el poder espiritual de su ministerio evangélico, es tal que es el tema de su carta. 

Cuando uno es colaborador de Cristo en el ministerio de evangelizar y llevar el último mensaje al mundo, “nos llevara siempre en un triunfo constante” 

Las riquezas de su gloria serán esparcidas por un mundo que perece. Hace mucho que los sabios de nuestro mundo descubrieron que las riquezas por sí solas no pueden conceder la felicidad. 

Las verdaderas riquezas proviene de Dios, que nos invita a reclamar las riquezas de su gracia. 

En las escrituras hay promesas preciosas hechas a los que esperan en el Señor. Todos deseamos la respuesta inmediata a las oraciones y nos sentimos tentados a desanimarnos si estas no son contestadas. 

La demora es para nuestro beneficio especial. Tenemos la oportunidad de ver si nuestra fe es sincera o si es mudable como las olas del mar. 

Debemos atarnos al altar con las con las fuertes cuerdas de la fe y el amor, y dejar que la paciencia realice su obra perfecta. 
La fe se fortalece mediante el ejercicio continuo (C. sobre Salud. 377-378) 

Dios nos ofrece grandes tesoros y mucho más. En verdad podemos tener un trozo de cielo en nuestro corazón si Cristo mora en el. 

MARANATA.

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NOTIFICACION A LOS LECTORES.

Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7