LA VIUDA PEREGRINA.

Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella. Romanos. 13:3

No se debe temer a los gobernantes , a menos que se haya hecho algo contra la ley. 

No todos los gobernantes infunden temor, sólo aquellos gobernantes que por su egoísmo enfullen temor al pueblo. 

Por ejemplo: Nerón, Caligula, F. Vespasiano, Lenin, Stalin, Mao Tse-Tung, Etc. Se dice: Que los que no hacen nada contra el gobierno, no tiene que tener miedo. 

 Diógenes recorría las calles de Atenas con una linterna en busca de hombres buenos, los buenos era premiados. Los hombres y las mujeres buenos han sido los héroes de las poesías y el canto desde Homero a Tennyson. 

Pero a menudo hay tantos básicamente buenos en cada persona mala, y tanto básicamente malos en cada persona buena, que es fácil pensar en la bondad en términos abstractos, o como en algo un tanto anticuado, en realidad es muy concreta y alcanza a todos los que fervientemente se esfuerzan por elevarse sobre el pecado. 

Creo que en nuestro mundo no existe un sólo país donde se puede empezar de nuevo, donde se pueden enterrar y olvidar todas las equivocaciones pasadas. 

De hecho conocí a muchos alemanes que así lo hicieron, mundo nuevo, vida nueva. Nuestras acciones y pensamientos actuales determinan si somos buenos o malos. 

Tampoco la bondad es producto de una edad avanzada. Tenemos un ejemplo a seguir Cristo, en todo momento se sujeto a la ley de Israel y a la Romana. 

Su vida fue un ejemplo para nosotros. No quiero decir que una vez determinado en nuestro corazón a ser buenos, no vamos a caer más. Pero si podemos evitar caer en el mismo error. 

Cierto es que somos humanos, y que el pecado se ha instalado en nuestro corazón. Mientras vivamos en este mundo de pecado, tenemos que esforzarnos para alcanzar la perfección; Dios lo sabe y de ahí que para él cuente sobre todo el rumbo que lleva nuestra vida. 

Dependa quien controle el corazón controlara sus emociones. El gran problema es “quien controla nuestro corazón”. Depende quien controla tu corazón, dependerá tu vida. 

Cuando en nuestro corazón tenemos el propósito de obedecer a Dios y ponemos todo a su disposición, nuestro carácter será transformado. 

Él compensa nuestra limitaciones con los méritos de Jesús.“Con Cristo todo lo puedo”. 

 Esta es la promesa que Jesús nos dio para superarnos a nosotros mismos. 

La verdadera bondad es sinónimo de valor, fuerza, valentía, intrepidez y fuerza. Y todo esto nos lo da Cristo. 

La bondad es el resultado de un corazón afectuoso, de una convicción moral, de grandes aspiraciones espirituales, y fe en Dios.

MARANATA.

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