ID HACER DISCÍPULOS.

Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, 
enseñándoles que guarden todas las cosa que os he mandado. Mat. 28:19-20

Estos versos son la carta magna para la iglesia. En la orden “id”, Cristo incluyó a todos los creyentes hasta el mismo fin del mundo. (DTG.761). 

Como discípulos, los once habían aprendido en la escuela de Cristo; ahora como apóstoles , fueron enviados a enseñar a otros (Mat.3:14). 

Esta es la responsabilidad que tiene el pueblo de Dios, que guardan sus mandamientos y estos no son gravosos. Cierto es que la enseñanzas de la Biblia están en muchos países, pero con algunas excepciones como los países islámicos. 

Pero la orden de Cristo es clara y concisa. Esta comisión es de hecho la obra misionera de la iglesia. 

El cristianismo fue la primera religión del mundo que tuvo un carácter evangélico. 

Pero en su trayectoria, se corrompió y se desvió por senderos de muerte, adorando imágenes que no hablan ni ven. 

Dios volvió a reconducir su palabra, para dar testimonio de su verdad. 

Lutero fue protegido por Dios, como tantos otros que entendieron el mensaje de Dios. 

“Napoleón, en su apogeo, en la víspera de cada gran batalla, llamaba a sus generales y los hacía entrar, uno por uno, a su carpa. 

En el silencio, daba la mano a cada uno, lo miraba por un momento fijamente a los ojos, y le dejaba irse. No pronuncio ninguna palabra, pero su mirada era suficiente. 

Cada uno salía con la idea de luchar o morir por su fidelidad a Napoleón. 

Su sombra había caído sobre ellos, curándolos de cualquier rastro de cualquier rastro de cobardía o de incertidumbre. . . Sentían como que todos eran Napoleones con su estrella en ascenso” (Brown, Yale Talks, p. 87).

Me pregunto, cuan anhelo sintió Pedro cuando fue a la casa de Cornelio y vio la gran misericordia de Dios con los gentiles. Pablo en su gran ministerio y su preocupación por los gentiles. Pregunto: 

¿Cual es nuestro sentimientos por un mundo que se pierde? La orden dada a los discípulos, es la misma orden dada al pueblo de Dios. Todos esperamos el derramamiento del Espíritu Santo, ¿se estará derramando ahora y nosotros no nos enteramos? 

El Espíritu Santo esta obrando en nuestros días, pero nosotros no lo vemos, porque no colaboramos con él. 

Pero Dios obra, y podemos captar la gran obra que Dios hace, países donde la intolerancia reinaba, ahora muchos conocen las Escrituras. 

Que Cristo nos ayude a recordar que el Cristo resucitado que apareció en Galilea ese día todavía vive. 
Esto nos anima hoy día cuando leemos la orden de Cristo: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

MARANATA.

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