LA HIPOCRESÍA DE LOS CRISTIANOS.

Y Jesús les dijo: Mirar, y guardaos de la levadura de los fariseos. . .Mate. 16:6

A lo largo de los siglos, el mundo fue adoctrinado por ideas y conceptos erróneos sobre cómo adorar a Dios y cuales eran sus creencias. 

La tradición de nuestros padres, nos inducen a adorar a las imágenes y a todo el ejercito del cielo (los santos). 

En tiempos de Jesús los llamados doctores de la ley, los fariseos y saduceos predicaban una y tradiciones con sabiduría humana. 

Es decir: Así cómo la doctrina a levadura leuda toda la masa, así también los principios que una persona adopta saturan su vida. 

La comparación es apropiada, no importa si los principios son buenos o malos. 

El Espíritu, la enseñanza y el carácter de los dirigentes religiosos, 
revelados en su hipocresía, su orgullo, su ostentación y su formalismo, inevitablemente afectarían a la vida de quienes los estimaran y cumplieran con sus instrucciones. 

Es por eso que el pueblo, los apóstoles y los orgullosos fariseos no podían existir una relación. Dios no requiere de la ostentación para manifestarse, para dar salud de espíritu a los que la demanda. 

Las ostentaciones de los fariseos como de la religión dominante se basaban en la ostentación de sus vestidos y de sus largas oraciones publicas. 

¿Que podían entonces tener de común los apóstoles y los hijos de Dios con los fariseos de antaño y los modernos de hoy día? Cristo pronuncio esta advertencia en dos ocasiones. 

Los discípulos no entendieron de momento las palabras de Jesús. Lo importante no es el pan, ya que ellos habían presenciado y comido del milagro de los panes (Mat.16:7). 

Sino la doctrinas de estos fariseos era la que no debían de aprender (Mat. 16:8-12. DTG 363, 375). 

Desde el 538 hasta nuestro días las doctrinas de la iglesia dominante como la de sus hijas, han llevado a la humanidad a una compresión mal de las escrituras y por ende a la misericordia de un Dios de amor. 

Existe una gran diferencia entre los que guardan los mandamientos de Dios, que los fariseos modernos. 

Lo que se le dijo a los discípulos podría decírsenos a cualquiera de los hijos de Dios. La cosa más fácil del mundo es ser un fariseo. 

Lo más difícil, es saberlo; ¡porque la levadura del fariseísmo es hipocresía! No hay nada peor que la hipocresía y el fingimiento. Acecha y tienden sus trampas en la oscuridad. 

Antes de que la víctima se de cuenta, ha recibido las marcas de su colmillo. Por esa razón Jesús dice: “¡Guardaos!” de los falsos maestros. “¡se sinceros!”

MARANATA.

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