LAS ALAS DEL ALBA

Si tomares las alas del alba, y habitare en el extremo de la mar, aún allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Salmo 139:9-10

El salmista representa al alba, que se extiende raudamente por el cielo, como si tuviera alas. 

Es una descripción humana que no podemos describir la gran dimensión del amor de Dios por la criaturas humanas. El ser humano no lo puede entender, es como medir el universo. 

Es imposible ya que este no se compone solamente de nuestro universo visible, sino que el universo es mucho mayor de lo que vemos. La poderosa “diestra” de Dios no tiene restricciones, y lo abarca todo. 

Dios acompaña a sus hijos en todas sus actividades: no solamente al misionero, sino a la madre que se desvela por cuidar a sus hijos. 

A los padres que se desviven por educar a sus hijos, sino que su amor va más aya de la compresión humana. 

Si contemplamos el cielo en el verano, o en el sur austral, observaremos que no podemos ver todo el universo. 

El amor de Dios abarca las alturas, las profundidades, lo cercano y lo que esta mas lejos, la noche y el día: aun en lo más remoto de la tierra esta la presencia de Dios. 

Como humanos, y con mente muy limitada, continuamos alentando pensamientos humanos, nos preocupamos por cosas insignificantes, cuando realmente nuestro gran problema es nuestra salvación personal. 

El poeta machado, describe la vida del hombre como un camino, “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. 

En la Biblia se ha llamado “la senda larga y angosta”, también es un sendero en el cual el cristiano tiene que dejar sus huellas. 

Unas huellas que perduren para la eternidad. No tiene sentido fijar nuestros ojos a las cosas de este mundo, donde sus huellas se desvanece en el tiempo. 

Nuestra vista debe de fijarse en el camino que lleva a la eternidad. Es un camino angosto, con subidas y bajadas, pero también hay llanuras en la que la vista se pierde. 

Nuestra vista debe de fijarse por fe en el horizonte de un nuevo amanecer. “El cristiano muy a menudo llevan pesadas cargas, y estas cargas debemos de dejarlas en manos de Jesus”. 

El futuro que vemos es sombrío, pero la luz revelada por Dios en su palabra, la hace más brillante que el amanecer. Ya que el futuro esta en manos de Dios, confiemos en él. 

Jesús nos dijo: “Mirar la higuera. . .Cuando ya brota. . .Así también vosotros, cuando veáis que sucede. . .el reino esta cerca”. Luc. 21. 

Una parte de nuestra esperanza descansa ciertamente en las promesas dadas en la palabra de Dios. Necesitamos más oración, y menos diversión, más humillación y menos diversión.

MARANATA.

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