martes, 15 de enero de 2019

¿SOMOS EGOÍSTAS?


Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como de trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Isaias 58:1
La respuesta sera “si” si somos egoístas, nos llamamos el pueblo de Dios, y no nos damos cuenta de nuestra situación espiritual. El viernes de noche, eleve una oración a mi Dios, y ha vuestro Dios. 

Quería saber por que estamos tan parados el pueblo laodicense, y porque estamos tan tibios. Abrir mi biblia y leí el libro de Isaias 58. Sólo son 14 versos, pero cuan profundo son, deberíamos y “yo” el primero leerlo muchas veces, nos daríamos cuenta de nuestra necead, y nuestra vana seguridad. 

La piedad, el conocimiento espiritual superior y el crecimiento de una iglesia, están en proporción con el celo, la piedad y la inteligencia misionera que se ha infundido en ella y que emana de ella, a fin de que sea un bendición precisamente para aquellos que mas necesita nuestra ayuda. 

El Señor nos insta a estudiar con diligencia este capitulo. ¿por qué? Hay un campo inmenso donde el Señor debe de llegar, hombres y mujeres que están necesitadas de la palabra de Dios y nosotros no hacemos nada, en nuestro vecindario. 

A largo de mi vida e visto muchas iglesias, se reúnen por la mañana y por la tarde, alaban a Dios, eso esta bien, y que hacen con referente a llevar el evangelio a otras personas necesitadas de la palabra de Dios.

El Señor nos insta que cuando se haga esto habrá un crecimiento de las fuentes morales, y la iglesia no permanecerá más estancada. Habrá bendiciones y poder que acompañara a sus labores. (Sal.41:1-3; 37:3; Prov.3:9-10; 11:24-25; 19:17; Isa. 58: 10-11). 

Toda la iglesia laodicense necesita una reforma procedente Dios. Es triste que el pueblo que aquí se describe comprende que no cuenta con el favor de Dios; es tibio y su tibieza le ara caer en las manos del enemigo. 

Dios nos llama a despertarnos del letargo en que nos encontramos. Con manos humildes y contritos de corazón vallamos a Dios a través del Espíritu Santo, para que obre en su iglesia un verdadero cambio espiritual. 

Debemos poner en práctica los preceptos de la ley, y así nuestra justicia irá delante de nosotros y la gloria de Dios será nuestra retaguardia.

La luz de la justicia de Cristo será nuestra vanguardia, y la gloria de Jehová será nuestra retaguardia. Sabemos que el tiempo es corto, y hay una gran obra que hacer, cada uno con los dones que Dios le ha concedido llenaremos el mundo de luz.

Todos veremos la gloria de Dios, y el será glorificado. Oremos por la unidad de la iglesia y por la pronta venida de nuestro Señor Jesucristo. 
MARANATA.
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