MI PALABRA ES PODER.

Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabra persuasiva de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y poder. 1º Cor. 2:4.

Todas las denominaciones religiosas conocen nuestra manera de pensar, ya que ponemos a Dios y la ley de de nuestro Señor en primer lugar. Sabemos que somos salvo por fe, y no por obras. 

Los Judíos sabían que Pablo había experimentado un nacimiento en la fe de Jesús. Y este concepto para los judíos era una traición a sus normas establecidas por Moisés. Pablo fue enseñado en el desierto de Arabia durante tres años por el Señor. 

Conocía las escrituras, conocía el poder del Espíritu Santo. Y Pablo vió brillar una luz divina sobre las profecías concerniente a Jesús, lo cual le habilitó para presentar clara y osadamente la verdad. 

Ni en las discusiones privadas, ni en las predicaciones públicas, Pablo no dependía del poder persuasivo del razonamiento humano. No procuraba cautivar y hechizar a sus oyentes con razonamientos humanos ni con vanas filosofías de hombres.

El Espíritu de Dios descansaba sobre él, y presentaba con claridad y fuerza a sus oyentes las 
profecías hasta el avenimiento de Cristo y les mostraba que se había cumplido las Escrituras que se referían a su sufrimiento, muerte y resurrección.

Así Pablo ensalzó a Dios delante de los hombres. En las mentes de esas gentes se estaba formando el primer concepto de la fe. Es verdad que nosotros no somos Pablo, ni Juan, ni Pedro.

“Tu eres, yo soy, y ellos son intransferible, pero tenemos una cosa en común con Pablo, la Fe, el conocimiento de las profecías y lo que va acontecer en un futuro no muy lejano. 

Pero todo eso no nos vale de nada, si no somos transformados por el Espíritu Santo. Durante mi vida de cristiano, eh conocido personas que en dos minutos o en media hora querían dar un estudio de 46 temas en uno sólo momento. 

Eso es incoherente en un cristiano, pero los hay. “Y digo esto bajo mi propia experiencia”. En mi vida de cristiano di muy pocos estudios Bíblicos, pero fueron concisos. Se que os he contado muchas experiencias mías, y espero Dios mediante contaros más. 

Los dones del Espíritu Santo han sido impartidos a la iglesia abundantemente (1º Cor.1:5-7, cap 14). 
No se si viviré lo suficiente para ver el derramamiento del Espíritu Santo en ese gran día, pero si estoy viendo como el evangelio esta alumbrando al mundo antes de la venida de Cristo. 

Y también veo como las naciones se están airando antes de la venida. Veo como los incendios, terremotos, inundaciones y terribles tornados están pasando, lo que antes no ocurría desde los años 80 hasta ahora se ha multiplicdo. 

Esto me indica, que algo va a suceder pronto.( Vean http://viajes a través del tiempo y del espacio

MARANATA.

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