domingo, 28 de octubre de 2018

EL AMOR DEL HOMBRE HACÍA DIOS.

Si me amáis, guardar mis mandamientos. Juan 14:15
Para el ser humano es imposible amar a Dios. Ya que el amor es el móvil de la obediencia. 

Y el ser humano no esta por esa labor, ya que en el corazón no convertido hay sólo vileza y odio. 

El egoísmo por naturaleza es el rey de nuestro mundo en el cual nos encerramos. En muchas ocasiones el amor es manipulado de ese amor. Si queremos una definición del “amor”, tenemos que ir a Mat. 5:43-44; 1º Cor.13:1. 

La obediencia que emana de la compulsión o del temor no es la forma ideal de demostrar amor, sólo para tener una buena conciencia. Eso se llama hipocresía barata y mezquina. El amor debe ser cultivado y sólo hay uno que puede ayudar al hombre a cultiva ese amor. 

Por la gracia del Espíritu Santo, el hombre puede no sólo cultivar el amor sino compartirlo con los de más. Jesus sin duda deseaba que sus discípulos y por ende nosotros que guardásemos los mandamientos. 
Os diré: los judíos tenían la ley y sus ceremonias, pero no eran observadores del la ley, retorcían la ley haciendo su propia ley. 

El Espíritu Santo esta amonestando al mundo, a que guarden sus mandamientos, que a la sazón no están abolidos como mantienen los evangélicos, y otras denominaciones. 

Los mandamientos de Jesus eran también los del Padre, pues Jesús no habla por si mismo (cap.12:49; 14:10). 

La obediencia a Dios y el amar al prójimo, es la base del buen cristiano.No debemos servir a Dios como si no fuéramos humanos, sino que debemos servirle en la naturaleza que tenemos, la cual a sido redimida por el Hijo de Dios. 

Por la justicia de Cristo nos presentaremos ante Dios perdonados y como si nunca hubiéramos pecado. Nunca creceremos en fortaleza si pensamos lo que podríamos hacer si fuéramos ángeles. 

Debemos volvernos con fe a Jesucristo y mostrar nuestro amor a Dios por medio de la obediencia a sus órdenes. (MS.1,)
Si tu te sientes cristiano en lo más profundo de tu corazón, aras lo que Cristo dice. Dios ama al hombre y mujeres que son obedientes a su Padre. 

El creyente puede dar testimonio en su vida y en su carácter de que Dios ama al instrumento humano que obedece sus ordenes como ama a su Hijo. 

¡Cuán admirable es esta afirmación;casi va más allá de la compresión de la mente finita. (Cart.11a,1894). 

El Espíritu de Dios está removiendo las conciencia de los hombre, para que vean la realidad del ser humano. 
El tiempo llega, las cosas cesaran, y nosotros ¿Hemos sido salvos? Todo depende de nuestra lealtad a Dios.
MARANATA.
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