EL QUE SE ENSEÑOREA DE NOSOTROS.

Mas entre vosotros no será así, sino que el quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. Mat. 20:26.

Vivimos en un mundo, en que los que tienen autoridad tiende a “ enseñorearse” de los demás, no importa la clase social a la que pertenezca. 

La historia esta llena de hombres arrogantes y soberbios, hombres que no le temblaron las manos para segar la vida de sus semejante. Pero dentro del contesto religioso, ha habido hombre que an tratado de dominar la mente de sus hermanos, imponiendo sus ideas. 

En el abito económico hay hombre de gran influencia, que quiere dominar el mundo y para ellos aran todo lo que este a su alcance para lograrlo. 

Saben que hay una población que pasa los limites establecidos para la supervivencia humana, tratarán de introducir comida contaminada, medicamentos en los cuales llevan un producto que nos causara la muerte lentamente. 

Todo ello para poder dominar la población y al hombre. Bajo este paraguas tan sombrío se encuentra los hijo de Dios, aquellos que guarda los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús. 

¿Existe o han existido hombres que de alguna manera han tratado de enseñorearse de nosotros? 

La respuesta es “Si” El Señor nos dice: que entre los ciudadanos del reino de los cielos, el poder, la jerarquía, el talento y la educación han de ser consagrados exclusivamente a Dios, y al servicio de sus hermanos. 

Ayer como de costumbre, haciendo el culto encontré una cita que decía: “Los ángeles anotan cada ación de los hombre, estas están registrada en el libro, y darán cuenta de sus actos en el día del juicio” (CS. p.539-540). 

Dios llevan registro exacto de todo acto injusto e ilícito. Es la obra del juicio investigador. El Espíritu Santo nos ayuda a que estemos en armonía con nuestro Dios, y no hacernos mas grande que nuestros hermanos. 

Cristo vino a servir, no a ser servido. Nos dio una lección de humildad, la cual no hemos aprendido. 

Si somos grande entre la iglesia, sirvamos a nuestros hermanos con humildad. Y si Somos grande dentro de la sociedad, nuestros talentos, y dones se han puestos al servicio de Dios. 

“La iglesia es la depositaria de la riqueza de la gracia de Cristo,y por la iglesia se manifestara finalmente la revelación final y completa del amor de Dios al mundo, que ha de quedar iluminando por su gloria. 

La oración de Cristo, de que la iglesia fuese una, como él y el Padre era uno, quedará finalmente contestada. (P.P U. p.42). 

Nadie debe ser mayor que otro, ocupe el puesto que ocupe en la iglesia. Dios lleva un registro exacto de nuestros actos. 

MARANATA

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