Vino luego a sus discípulos, y
los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido
velar conmigo una hora? Mateo 26: 40.
Los frescos sonidos de voces
felices cantando en perfecta armonía emanaban suavemente a través
de la emisora de radio. Recuerdo las canciones de la coral en la que
estoy, transmitiendo la esperanza de un reino mejor.
Vi lagrimas en
las mejillas de muchas mujeres, hombre con la cabeza baja, pensando
en sus hechos. Dias que vendrán a mi memoria de como el Espíritu
Santo como obraba en las personas.
Cuando escucho a esas corales de
Amisaday y Vivo Esta las fuentes, las bellas alabanzas a nuestro
Dios. Y esas corales del Pacifico Norte, que con sus cantos llegan a
muchas personas, para que el Espíritu de Dios actué en un mundo que
se desmorona por falta de entendimiento.
Muchos cristianos sinceros
nos sentimos chasqueados por los golpes que la vida nos da. Conozco a
mujeres que se han separado por los maltratos de unos hombre sin
escrúpulos.
Mujeres buenas amantes de sus hijo, pero fuerte en la fe cristiana. Angustiadas sí, decía una que conocí hace poco.
Mujeres buenas amantes de sus hijo, pero fuerte en la fe cristiana. Angustiadas sí, decía una que conocí hace poco.
Sé que
se supone que no debería sentirme mal. Sé que Jesús aún me ama.
Pero estoy chasqueada, desanimada por lo acontecido. Jesús se sentía en aquella solitaria noche cuando agonizaba en el huerto de las olivas.
Pero estoy chasqueada, desanimada por lo acontecido. Jesús se sentía en aquella solitaria noche cuando agonizaba en el huerto de las olivas.
Cristo anhelaba que sus discípulos hubiese oraron con él.
No porque tuviera alguna duda de la efectividad de su propia oración, sino porque anhelaba la calidez del interés y el apoyo de esa amistad que les unía, deseaba que sus amigos fuesen fortalecidos para afrontar un conflicto eminente.
No porque tuviera alguna duda de la efectividad de su propia oración, sino porque anhelaba la calidez del interés y el apoyo de esa amistad que les unía, deseaba que sus amigos fuesen fortalecidos para afrontar un conflicto eminente.
Quien se apesadumbró en el
jardín aquella noche, aquel que creó a su propia imagen, y quien
dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gén.2:18). El nos
puso en cada uno de nosotros un profundo anhelo por el servicio a los
demás.
La agonía y los quejidos de la creación se originan en
nuestra separación de Dios.
No habrá tranquilidad interior en ninguno de quienes anhelamos la intimidad de amigos alejados, mientras estos amigos permanezcan fuera del círculo de Cristo.
No habrá tranquilidad interior en ninguno de quienes anhelamos la intimidad de amigos alejados, mientras estos amigos permanezcan fuera del círculo de Cristo.
Nuestro Padre celestial no se avergüenza de que estemos solos y
atemorizados. No necesitamos turbamos por enfrentar las mismas
necesidades que El puso en nuestros corazones. El no planea radicar
nuestra humanidad, sino más bien sostenerla acercándose más cada
día si nosotros lo dejamos.
Maranata:
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venida apocaliptica.blogspot.com
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a través del tiempo y espacio.blogspot.com
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