Por lo tanto, nosotros también
teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,
despojémonos de todo peso, y del pecado que nos asedia, y corramos
con paciencia la carrera que tenemos por delante. Hebreos 12:1
La metáfora compara al cristiano
con un atleta que hace sus preparativos para la última carrera.
Pablo nos insta a dejar todo el peso. El atleta se quitaba la ropa,
ya que esto era un impedimento para correr.
Esta metáfora tiene una
lección que debemos aprender, bien sea por las buenas o por las
malas. Para muchos cristianos el concepto del pecado se centra
alrededor de un Dios tirano. Y que sólo nos perdona si hacemos los
merito oportunos, él nos perdona nuestros pecados.
Esto es lo más
arcaico que emos odio. “Jesús nos ama, pero, ¿y Dios el Padre?
¿Tenia que morir Cristo para que el Padre nos amara? La respuesta la
da Juan 3:16. El concepto de que Dios es cruel con el pecador, vienen
desde el siglo XIII en el concilio Letrán.
El Papa impuso la
confesión, para saber lo que el pueblo pensaba. Cuando nuestros
primeros padres pecaron, pensaron en las consecuencia de su
desobediencia y su separación de Dios. Dios sabía que ellos no
tendrían medios para su supervivencia en la tierra.
Para demostrar
el amor infinito del Padre y por ende a nosotros. Les hizo comprender
la realidad de su pecado, pero no los abandono. Les mostró que él
Padre les amaba, y que había una solución está se verificaría en
la cruz.
Pero por ningún momento Adán y Eva fueron abandonados.
Cristo pagaría lo que la ley exigía.21 No importa cuan fuertemente
pueda enredarnos un pecado, hay hombres y mujeres que arrastra un
pecado durante años, y cuando ve que no puede vencerlo y se pone en
manos de Dios desaparece ese problema de años.
El amor infinito del
Padre se llena de gozo en perdonar al pecador. Ese amor solo puede
sentirlo aquel que a sido perdonado. Esa el la gran victoria, del
cristiano, saber que tenemos un Padre de amor.
El problema con el
pecado no es que irrita a Dios, ¡sino que nos estorba a nosotros!
Nos percatamos de que Dios es la fuente de nuestra vida. Más que
eso,
¡El es nuestra calidad de vida! El es nuestro impulso a
razonar; más que fuerza para nuestras piernas, El es nuestra
inspiración para trepar hacia el cielo a través del Espíritu
Santo.
Dios está interesado en algo más que nuestra
supervivencia; está interesado en la calidad de nuestra vida y, en
directa relación con esto, en la calidad de nuestra unión con El,
nuestra fuente de vida y nuestro amigo. Cristo es el puente para
llegar a la nueva tierra.
[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
Maranata:
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