Entonces nuestras bocas se llenarán de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos. Sal. 126:2
En algunas partes, alguien comenzó el rumor de que Dios no ríe. Una vez escuché a algunos agudos estudiantes de la BIBLIA discutir acaloradamente este asunto.
Cierto joven, con todo fervor dijo: “¡Dios se ríe cuando ve que muchos hombres y mujeres le ama, y está dispuestos a hacer algo por ayudar a otros!” Pero todos somos hijos de Dios, bien si lo creemos como que no lo creamos.
La obra extraña que ara Dios con sus hijos es muy dolorosa, pero la tendrá que hacer por amor. Si vemos la cara de un juez severo, algunos dirán que la cara de Dios es la misma “si y no” Dios es severo con el pecado, y los pecadores que no quieren obedecer su ley.
Pero es amable y misericordioso con aquellos que hacen todo lo posible para obedecer su ley. El problema es cuando tengamos que enfrentarnos en aquel día con Dios en ese juicio, que a la verdad nadie quiere ver. “Dios es amor”.
A través de la historia Dios ha demostrado su amor con el hombre. El hombre a desvirtuado la imagen de Dios a través de las imágenes y ante los mitos y leyendas.
Para conocer a Dios debemos de conocerle a través de su palabra. El hombre quiere manipular el carácter de Dios, y dar un sentido negativo y cruel.
“El amor de Dios nos constriñe” (2º
Cor. 5:14). Creo que Dios no se ríe, pero se goza de alegría
cuando ve que el hombre confía en el. Quiere que lleguemos a confiar
en él. Dios no necesita manipular al hombre. El hombre es libre, de escoger servirle por amor. El nos transforma por su amor, si nosotros nos dejamos. Si preguntamos a un niño que es para el la risa, nos dirá que es una relación más y más estrecha entre dos personas, y que esta le merece su confianza.
La risa hace que dos corazones se atraigan para tener una relación más y más estrecha, porque se siente seguro. Cuando Pueblo de Dios refleja esa seguridad,
¡Las naciones lo sabrán! Las “grandes cosas” que Dios ha hecho por su pueblo y por cada uno individualmente es restaurar en su pueblo esa seguridad y gozosa amistad intima con Él, esa amistad que nuestros primeros padres conocieron en el Edén.
¡Y creo que no seremos los únicos en alabar a nuestro Dios! Jesús nos dice: “Con amor eterno te he amado; por tanto te soporté con misericordia. (Jer. 31:3.) Con amor te daré nueva vida; en su alegría cantará como en día de fiesta” (Sof. 3:17). ¡Renovados en su amor! ¡Alegrías y cantos de alabanza!
Bocas de alabanza y de risas porque conoceremos a nuestro Dios y redentor, ¡sino como un amigo! Seremos restaurados a su imagen. Amen.
[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
Maranata:
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