jueves, 30 de noviembre de 2017

EL GRAN AMOR DE DIOS.


Y le respondió: He aquí he recibido también tus suplicas sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. Génesis 19: 21.
En cierta ocasión le pregunto una joven a un Pastor: Estoy atemorizada de que Dios pudiera permitir que algo terrible me pasara ¡para probar mi fe en Él. 

Esta pregunta nos la hemos hecho muchos a lo largo de nuestra vida. 

Creemos en un Dios cruel y vengativo como lo enseña la iglesia I.C.P.R. Lejos esta de la realidad. Dios es un Dios de amor, hasta el punto de dar todo lo que el quería, a su Hijo. Es un Dios de consolación y queramos admitirlo o no Él busca lo mejor para sus hijos.

En la Biblia hay mucho relatos del amor de Dios, pero hay uno que ami me han enseñado mucho. Es como trata Dios a Lot y como Job trata a Dios. Lot aun en su ignorancia no peca contra Dios por lo que le esta ocurriendo, sino que confía en su infinita sabiduría. 
Dios lo considera justo, a pesar del hecho de que evidentemente no descansaba por completo en la providencia de Dios. 

Lot se preocupaba de Dios y de los demás -de otra manera no habría puesto en tal difícil situación para proteger a dos extraños de la degradación de los sodomitas de esa ciudad. 

Cuando llego el tiempo de destruir la sensualidad de Sodoma y Gomorra, Dios envió a sus ángeles para sacar a Lot. La orden era salir de la ciudad, los ángeles le llevaron a lugar seguro. 

El miedo y la poca confianza, Lot pidió ir a otra ciudad a Dios, no era el plan de Dios. ¡Cuan corto de vista era Lot! Dios sabía que no resolvería nada en condenar a Lot. El tenía que ver su necesidad de depender de Dios. 

El Señor quería la salvación de Lot y su familia a pesar de su incredulidad. Dios no podía hacer nada hasta que Lot estuviese a salvo. Este es un ejemplo de nuestra impaciencia y la poca falta de fe que tenemos en nuestro Dios. 

El Señor Jesús no puede venir a este mundo a recogernos hasta que no estemos a salvo. Para llegar a este punto, tenemos que renovar nuestro entendimiento, y poner toda nuestra confianza en el Padre y en Jesús. Dios no es indulgente con su pueblo. 
Está buscando específicamente ganar nuestra confianza, y animarnos para que tengamos una relación sincera, amigable con nuestro Redentor. 

Dios entiende que sólo cuando lleguemos a saber que su amante caminos para nosotros son del todo adecuados, nuestros temores serán finalmente resueltos. 1º 4:18. Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero. Ibid. Amen.

[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
Maranata:
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