Sus discípulos le
rogaban, diciendo: Rabí, come. El les dijo: Yo tengo una comida que
comer, que vosotros no sabéis. Juan. 4:31,32.
Si observamos el
testo 26, comprobaremos que Jesús se estaba refiriendo al alimento
espiritual que había recibido la mujer. Es por eso que Jesús no les
dijo a sus discípulos que jamás probarían ese alimento,
sencillamente es que no lo conocían.
Hacía unos momentos
que Jesús estaba en el pozo, con la samaritana. El sol del mediodía
arreciaba fuerte, un calor sofocante. Cristo sentía debilidad
cansancio hambre y sed, el calor en esa parte de Israel es muy
fuerte, es fácil que el termómetro suba de los 28 grados a los 38.
Los discípulos le
ofrecieron los alimentos que tenían. En los sitios desértico o
Oasis, se suele llevar Pan de cebada, o centeno y agua,y dátiles.
Ellos le ofrecieron con cariño lo que tenían, y Cristo se lo
agradeció. Por un momento imaginaros que estáis en lugar de los
discípulo, y veis el rosto de Jesús resplandecientes de gozo.
¿Había ocurrido algo? ¿Que es lo que esta pasando? Esa es la clase
de pregunta que todos aria is.
Y de pronto Cristo
os dice: “Mi comida es que haga a voluntad del que me envió” , y
que acabe su obra. ¿Que aria is? El hacer la obra del Padre le trajo
gran satisfacción, y su alma fue reconfortada por esta mujer. Era
alimento para su cuerpo. Las cosas materiales son de poca
importancia en la estimación de todo los que realmente son
colaboradores con Cristo.
Cristo nos ofrece el
pan y el agua de vida, “alzad vuestros ojos y mirar los campos,
porque ya están el trigo maduro para la siega” . Cuando damos
alimento (espiritual) a los demás, también lo recibimos nosotros, y
nuestra hambre se sacia.
Muchas personas
disfrutan de esta experiencia. No esperan que se le presente un
oportunidad: Salen a trabajar en el lugar donde viven, en el trabajo,
en el bus. Oran pidiendo una oportunidad de dar el mensaje de
salvación. Estoy seguro que el Señor abrirá las puertas para
llevar el evangelio.
Jesu declara a sus
hijos: “el siervo fiel y prudente” da “el alimento a su tiempo”
(Mat. 24: 25). Recordemos que es Jesús quien da este alimento.
“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que da
vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará”
(Juan.6:27).
La importancia
relativa que los obreros dan a las cosas materiales en comparación
con las cosas del espíritu, es un indice e su consagración (ver.
Mat. 20: 15).
Promesa.
“En el servicio de
Dios hay gozo y satisfacción; Dios no abandona al cristiano en
caminos inciertos; no lo abandona a pesares vanos y contratiempos”.
El estará siempre a tu lado, aun que tú lo abandones él no te
abandonara.(P.U. D.P.37.
Maranata
Sigan
orando por mi vista
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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