lunes, 19 de enero de 2015

UN ALIMENTO DESCONOCIDO

Sus discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Juan. 4:31,32.

Si observamos el testo 26, comprobaremos que Jesús se estaba refiriendo al alimento espiritual que había recibido la mujer. Es por eso que Jesús no les dijo a sus discípulos que jamás probarían ese alimento, sencillamente es que no lo conocían.

Hacía unos momentos que Jesús estaba en el pozo, con la samaritana. El sol del mediodía arreciaba fuerte, un calor sofocante. Cristo sentía debilidad cansancio hambre y sed, el calor en esa parte de Israel es muy fuerte, es fácil que el termómetro suba de los 28 grados a los 38.

Los discípulos le ofrecieron los alimentos que tenían. En los sitios desértico o Oasis, se suele llevar Pan de cebada, o centeno y agua,y dátiles. Ellos le ofrecieron con cariño lo que tenían, y Cristo se lo agradeció. Por un momento imaginaros que estáis en lugar de los discípulo, y veis el rosto de Jesús resplandecientes de gozo. ¿Había ocurrido algo? ¿Que es lo que esta pasando? Esa es la clase de pregunta que todos aria is.
Y de pronto Cristo os dice: “Mi comida es que haga a voluntad del que me envió” , y que acabe su obra. ¿Que aria is? El hacer la obra del Padre le trajo gran satisfacción, y su alma fue reconfortada por esta mujer. Era alimento para su cuerpo. Las cosas materiales son de poca importancia en la estimación de todo los que realmente son colaboradores con Cristo.

Cristo nos ofrece el pan y el agua de vida, “alzad vuestros ojos y mirar los campos, porque ya están el trigo maduro para la siega” . Cuando damos alimento (espiritual) a los demás, también lo recibimos nosotros, y nuestra hambre se sacia.
Muchas personas disfrutan de esta experiencia. No esperan que se le presente un oportunidad: Salen a trabajar en el lugar donde viven, en el trabajo, en el bus. Oran pidiendo una oportunidad de dar el mensaje de salvación. Estoy seguro que el Señor abrirá las puertas para llevar el evangelio.

Jesu declara a sus hijos: “el siervo fiel y prudente” da “el alimento a su tiempo” (Mat. 24: 25). Recordemos que es Jesús quien da este alimento. “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que da vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará” (Juan.6:27).

La importancia relativa que los obreros dan a las cosas materiales en comparación con las cosas del espíritu, es un indice e su consagración (ver. Mat. 20: 15).
Promesa.
En el servicio de Dios hay gozo y satisfacción; Dios no abandona al cristiano en caminos inciertos; no lo abandona a pesares vanos y contratiempos”. El estará siempre a tu lado, aun que tú lo abandones él no te abandonara.(P.U. D.P.37.
Maranata
Sigan orando por mi vista
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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