Habiendo purificado
vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu,
para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro. 1º Pedro 1:22.
Durante el auge de
la civilización Griega, los actores recibían el nombre de
hipócritas, porque desempeñaban el papel de otra persona. La
expresión “no fingido” procede de la misma palabra griega que
se traduce “hipócritas” más un prefijo negativo, de manera
que si quisiéramos emplear una sola palabra tendríamos que decir
“inhipócrita” .
Este amor
“inhipócrita” es el que debiera manifestarse entre los miembros
de la iglesia. No debe ser una representación teatral.
Debe provenir de una
sinceridad noble de corazón. Debe manifestarse incluso por los que
son indignos de nuestro amor.
Hay personas muy
sensibles, dentro de la iglesia, y hay también personas que no saben
hablar creen de debe de decirlo todo como salga, porque se creen con
derecho a ello, esto es insensatez, o insensato a los ojos de Dios.
El amor por los
hermanos debe de proceder de una divina inocencia, fruto de la
ignorancia de la maldad.
¿Podrá alguien amar verdaderamente sin la purificación que produce la obediencia? No lo podrá a menos que haya experimentado esa purificación.
¿Podrá alguien amar verdaderamente sin la purificación que produce la obediencia? No lo podrá a menos que haya experimentado esa purificación.
Jesús dice:
“Santificarlos en tu verdad; tú palabra es la verdad” Juan
17:17. La obediencia a la Palabra de Dios nos pone en armonía con
Cristo y con nuestros semejantes. La purificación del alma por
medio de la obediencia a la Palabra conduce al dominio constante de
cada pensamiento y sentimientos.
Sus frutos son
cientos de actos bondadosos que se realizan sin jactancia, tanto
fuera como dentro de nuestros propios hogares. El cristiano
verdadero y genuino dedica tiempo a manifestar a los miembros de su
familia que los ama y se preocupan por ellos.
Hablan con tanta
bondad y cortesía con sus amados en el hogar, como con los miembros
de su iglesia, no solamente el Sábado, sino todos los días de la
semana.
Este es un verdadero cristiano, todo lo demás es una falacia (Yo me incluyo). Incluso tratan a sus amigos con la misma bondad como trata a sus familia en general.
Este es un verdadero cristiano, todo lo demás es una falacia (Yo me incluyo). Incluso tratan a sus amigos con la misma bondad como trata a sus familia en general.
La obediencia a la
verdad produce en la persona esa clase de amor. ¿Por qué? Porque
ha comprendido la gracia y el significado de la muerte de Cristo,
esto es lo que produce el amor hacia los demás.
Más aún, el amor
del creyente por sus hermanos bien sea de familia o de la fe, debe
estar impregnado del espíritu de sacrificio. ¡Siéntese!
Reflexione, ¿que resultado causaría su testimonio en el trabajo, en
la casa, o en su vecindario o en su zona de residencia? ¡Se lo
imagina!
Este amor expresado
no solamente en palabras sino en hechos, daría como resultado
grandes conversiones y almas ganadas para Cristo.
¡Con cuánta ternura se preocupa Dios por esas almas! Nosotros nos debemos preocupar por los que se deslizan por el pecado, y por los jóvenes y hijos extraviados en un mundo de vicio y corrupción.
¡Con cuánta ternura se preocupa Dios por esas almas! Nosotros nos debemos preocupar por los que se deslizan por el pecado, y por los jóvenes y hijos extraviados en un mundo de vicio y corrupción.
Este amor no puede
surgir en nuestro corazón si estamos separados de Cristo. ¡Gracias
a Dios porque nunca mandaría a sus hijos que amaran con amor divino,
si no les diera la capacidad para hacerlo. Amen.
Maranata
Les
agradezco que sigan orando por mi vista.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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