miércoles, 4 de septiembre de 2013

TODO SER HUMANO A CAIDO EN EL PECADO

salvación a través de Cristo.
Palabra fiel, y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. (1º de Timoteo. 1:15). (Foto. Cristo murio porti y por mi).

Este es Pablo, después de su conversión , quien habla.  Pablo, como fariseo fanático nunca pensó así.  Todo lo contrario, estaba dispuesto a matar porque tenía la seguridad de poseer todas las respuesta.  Todos estaban equivocados, excepto él.

Podemos decir con seguridad, que hoy, hay millones de personas que piensan lo mismo. Extremistas que mueren en el nombre de Dios. Como Pablo en su exalta opinión que si alguna vez el mundo llega a enderezarse, debía ser mediante su intervención.

De manera que Pablo comenzó a exterminar de una vez y para siempre la molesta secta cristiana. Hoy día hay religiones que tienen el mismo pensar de Pablo antes de su conversión.

Esto fue antes de encontrar a Cristo en el camino de Damasco.  Desde entonces, fue un hombre cambiado.  Pero lo más interesante es que hoy en pleno siglo XXI, hay hombres dentro del Judaísmo y del Islam que están reconociendo a Cristo como su salvador personal.

Desde entonces Pablo fue un hombre cambiado.  Pablo, como cristiano, se dio cuenta de que cometía muchas equivocaciones  como cualquier otro; pero sabía también que Jesucristo podía  salvar a pecadores como él.  Y eso constituía la cosa más importante.

Ya que el cordero que ofreció Abraham, representaba a Jesucristo, esto lo entendió muy bien Pablo.  Volviendo a nuestros días, ninguno de nosotros tiene mucho de lo cual gloriase.  ¡No obstante existe tanta pretensión humana!


La cuestión es que ningún hombre puede hacer por sí mismo lo que debiera hacer.  Se habla mucho de los "poderes interiores" y de la "dignidad natural de la raza humana", pero cuando maduramos lo suficiente como para mirar directamente los hechos desnudos, nos damos cuenta muy bien de que no podemos mejorarnos por nuestros propios esfuerzos.
(Foto. Abraham y el sacrificio,  el Cordero que representa a Cristo).

No podemos elevarnos tirando de los cordones de nuestros zapatos.
Nadie puede hacerlo.  Pablo no lo pudo. Pero Dios puede elevarnos.  "Por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios." (Efe. 2:8).

"Aunque no tengamos los placeres de esta vida, podemos gozarnos a la espera de la vida venidera. (CC. 125).



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