domingo, 22 de mayo de 2011

UN GRAN TERREMOTO.

Mire cuando abrió el sexto sello, y he aqui hubo un gran terremoto. Apoc. 6:12.

No sólo predecía las profecía cómo ha de producirse la venida de Cristo y el objeto de ella, sino también las señales que iban a anunciar a los hombres cuándo
se acercaría ese acontecimiento. . .

El revelador describe así la primera de las señales que iban preceder el segundo advenimiento: "Hubo un gran terremoto y el sol se puso como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre" (Apoc.6:12). Estas señales se vieron antes de principio del siglo XIX. En el cumplimiento de esta profecía, en 1755 se sintio el más espantoso terremoto que se haya registrado.

Aunque generalmente se lo llama el terremoto de Lisboa, se extendió por la mayor parte de Europa, África y América. Groenlandia, en las Antillas, en la isla de Madeira, en Noruega Se sintió en Suecia, en Gran Bretaña e Irlanda.


Abarcó por lo menos diez millones de kilómetros cuadrados. La formación fue casi tan violenta en África como en Europa. Gran parte de Argelia y a corta distancia de Marruecos, un pueblo de ocho a diez mil habitantes desapareció en el abismo. Una ola formidable barrió las costa de España y África, sumergiendo ciudades y causando inmensas desolación.

Fue en España y Portugal donde la sacudida alcanzó su mayor violencia. Se dice que en cad
iz, la oleada llegó a sesenta pies de altura [veinte metros]. . . Se calcula que noventa mil personas perdieron la vida en aquel terrible día.

¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, [en U.S.A. y en Asia] así como de la destrucción producida por incendio e inundaciones, con gran pérdidas de vidas y propiedades!

Aparentemen
te estas calamidades son estallidos caprichosos de la fuerza desorganizada y desordenada de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas pueden leerse el propósito de Dios.

Se cuenta entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corre esta humanidad.

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