sábado, 10 de abril de 2010

¿CUÁNTOS DIOSES MÁS NECESITAS PARA CREER?

Jehová dijo a Moisés: “Mira, yo te he constituido como dios para Faraón y tu hermano Aaron sera tu profeta. Exodo 7:1

En el mundo de los negocios existe el dicho de que “el cliente siempre tiene razón": Sin embargo, se dice que para los japoneses, que están cerca de conquistar el comercio mundial, la relación cliente-ven dedor se expresa con la idea de que “el cliente es Dios' ¡tan importante lo ven!

En su mundo, y comparado con los más destacados miembros de aquella sociedad, Faraón era descollante Ni siquiera Moisés podía compararse con todo el boato de su corte. Pero Moisés tenía una misión encomendada por el Señor, quien hizo de su siervo un dios para Faraón, Aunque en los contactos iniciales entre ambos personajes Faraón cuestionó la existencia de Dios, su arrogante pregunta, basada en la ignorancia, acabó quedando en nada con el paso del tiempo, pues el rey egipcio, tras una serie de reveses incontrovertibles, acabó reconociendo que hay un Dios en el cielo cuyas órdenes deben ser acatadas.

La magnanimidad de Dios no debiera ser tomada nunca como debilidad. Que él suplique tiernamente al pecador no es razón para cuestionar su existencia. Faraón necesitó un “dios” para acabar viendo la luz. ¿Cuántos dioses son necesarios para convencernos de la realidad del Dios del cielo? Si abrimos nuestro corazón al Dios del cielo, no se necesitan más dioses para convencernos de la realidad del Señor. Hoy se presenta ante nosotros un nuevo día en el que podemos definir nuestra relación con Dios. Conscientes de ello, tenemos una nueva oportunidad de afianzar nuestra creencia en un solo Dios, porque sus obras en nuestra vida son incontrovertibles.

“La vida no es un juego; está llena de solemne importancia, cargada de responsabilidades eternas. Cuando consideremos la vida desde este punto de vista, nos daremos cuenta de nuestra necesidad de ayuda divina. Sentiremos vigorosamente la convicción de que una vida sin Cristo será una vida de completo fracaso; pero si Jesús habita en nosotros, viviremos para un propósito. Entonces comprenderemos que sin el poder de la gracia y el Espíritu de Dios, no podemos alcanzar la elevada norma que él ha colocado delante de nosotros” (RH 22 de septiembre de 1891).

Éxodo 7:1-8:32;Juan 9:1-41

Pr. Israel Leito

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