LA DIMENSIÓN DEL AMOR DE CRISTO-

Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor. Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento; para que aseáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efe. 3:17, úp.19 RV 2010.

La idea de “permanecer”, Y la idea de permanencia se agrega a la fortaleza que Cristo nos dad. “Jesús vivió sufrió y murió para redimirnos. 

Se hizo 'Varón de dolores' para que nosotros fuésemos hechos participantes del gozo eterno. Lo cierto que Pablo combina metáforas para reforzar el significado de su mensaje. 

Cristo no es un visitante esporádico, pues habita en el corazón del cristiano (“por fe somos salvos, sin dejar de lado sus mandamientos” 

Cristo dijo: “En hacer tu voluntad me ha agradado” Sal. 48:8), para proporcionarle sin cesar una fuente inagotable de poder que ilumina y purifica el alma.

 La fe abre plenamente el corazón a Cristo. La fe es la confianza total en Dios y en sus promesas, es un principio que continuamente sustenta la vida del cristiano (Rom 4:3). 

Dios permitió que su Hijo amado, lleno de gracia y de verdad, viniese de su mundo de indescriptible gloria para salvar al más vil de la raza humana. 

“De este modo el amor del Padre y del Hijo se manifestaría y habitaría en el corazón del hombre por la fe y por el amor de un Dios misericordioso”. 

El amor que se arraiga penetra en las profundidades del alma y llena toda las facultades mentales, mientras que el amor que se cimienta proporciona el fundamento firme para la vida del cristiano. 

Contra esa clase de amor no hay argumento, pues no hay nada mayor que él (1º Cor.13). Este amor surge de la experiencia personal del cristiano con Cristo, esta se convierte en raíz y el cimiento de la unidad entre Dios y el hombre, y entre el hombre y su prójimo.

 La pregunta del siglo es: ¿Que hay en mi corazón? ¿Está el amor cerca de nosotros, cuando criticamos al hermano o hablamos mal de el? 

Cristo no puede morar en ese corazón. En un momento determinado Cristo dijo: '¡Dios mío! ¡Dios mío ¿por qué me has desamparado? 

Fue la carga del pecado, el reconocimiento de su terrible enormidad y la separación que causa entre el alma y Dios, lo que quebranto el corazón del Hijo de Dios. 

Este amor no solo se expresa en la cruz sino que también se manifiesta en la relación diaria entre el hombre y su Dios. 

La persona que comprende este amor se da cuenta que hay Alguien que comparte sus gozos y aflicciones y que es sensible a sus preocupaciones y sueños.

¡Ojalá que experimentemos personalmente este amor cada uno de nosotros!

MARANATA.

http://meditacionesmatinales.blogspot.com

http://lecciones-biblicas.blogspot.com

http://judaislacris.blogspot.com

http://historiaybiblia.blogspot.com

http://segunda venida apocalíptica

http://viajes a través del tiempo y del espacio

NOTIFICACION A LOS LECTORES.

Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7 (a través de https:// se puede ver estos blog).