El tiempo exacto de la venida del Mesías había sido predicho por los profetas (Dan. 9:24-25).
En los concilios del cielo, había sido determinado de antemano el tiempo de este acontecimiento (ver Hech.17:26).
El Mesías no sólo vino en el tiempo indicado por la profecía de Daniel, sino que vino en el momento histórico más favorable de todos los tiempos.
El mundo estaba en paz bajo un solo gobierno, Roma. Era un gobierno seguro tanto por tierra o por mar.
El griego era un idioma ampliamente difundido, sobre todo en el Cercano Oriente.
Las Escrituras estaban en griego la -LXX-- desde hacía doscientos años.
Los griegos estaban insatisfechos con sus dioses de barro, de bronce, de metal, y artos de sus filósofos y anhelaban conocer la verdad en cuanto a la vida y el destino humano.
Los judíos estaban dispersos por todo el mundo y, aunque quizá en forma imperfecta, daban testimonio de la grandeza de Dios (ver DTG.23-28).
La providencia no pudo haber escogido otro lugar ni otro tiempo más adecuado para dar comienzo a la predicación del mensaje evangélico al mundo en Palestina en ese periodo de la historia.
Pablo nos quiere trasladar no solamente al fin del tiempo, sino dar a los esclavos la verdadera libertad.
En Gálatas Pablo esta tratando de demostrar que los cristianos son más que esclavos en la familia de Dios.
La gente de su época comprendían bien esta analogía. Los esclavos carecían de todo derecho legal, no tenían seguridad ni garantía para para el futuro.
Su única esperanza de existencia estaba en la obediencia a los deseos de los amos.
Hoy en nuestro siglo hay esclavos en las leyes de los hombres, obedeciendo a los dictámenes del hombre del pecado que lleva cautivo a obedecer su ley dominical.
Pablo nos habla que podemos ser libres, y gozarnos de una relación intima con Dios, cuando guardamos sus mandamientos escritos en su palabra.
Pero hay almas concienzudas que confían en parte en Dios y en parte en lo que los hombres dicen.
No miran a Dios para ser protegidas, distorsiona su palabra, guardando mandamientos de hombres.
Hay que se vigilantes contra los sofismas de los hombre, y de depender de Dios y de su palabra. En miles de hogares viven hijos de Dios que han sido adoptados.
Si se cumplió los planes de Dios en tiempo de Cristo, también se cumplirá la venida de Jesús.
Todas las profecías se han cumplido, sólo falta la unión del protestantismo con el papado. Entonces vendrá el fin.
MARANATA.
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