Entonces Balaa dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré. Núm. 22:34.
Tenemos ejemplos en la Biblia de personas y pueblos que fueron perdonados a pesar de su pecaminosidad.
Un ejemplo es el profeta Balaam, siempre buscaba sus intereses propios. Dios había hecho conoce su voluntad al profeta.
En el ver. 20 encontramos el mensaje que Dios le dio, “aras lo que yo te dijere”.
Esta fue una instrucción meramente permisiva, basada no en voluntad de Dios sino en la propia voluntad de Balaam.
Pen pleno siglo XXII hay hombres y mujeres con el mismo talante y con la misma disposición que Balaam. Quiere tener las bendiciones de Dios, pero quieren hacer su voluntad.
En cierta ocasión en unas conferencias celebradas en cierto país Europeo.
Muchos jóvenes venían a ver dichas conferencias, solo para apagar su conciencia, y salían muy contentos, porque sabía que Dio les había perdonado y volvían a pecar.
Pero cuando el hombre es rebelde de corazón, Dios no puede permitir seguir sus deseos y entonces sufre las consecuencias.
Cómo es posible “pecar y ser feliz” Eso es lo que hacia exactamente Balaam, el rey de Balac le ordeno que maldijese a Israel, pero no se le dio hacer tal cosa.
Este rey Cananeo le había prometido riquezas y una buenas ganancias en tierras y bienes terrenales. Y todo esto por maldecir a Israel.
La ley de Dios se puede violar de muchas maneras y formas. Muchos jóvenes, y adultos violan la ley de Dios, y sólo quieren hace su voluntad.
Pero como Balaam, deben aprender que Dios tiene paciencia, pero también tiene un lime, y deben de aprender cómo Balaa, de que no se puede servir a dos Señores, y seguir pecado.
Muchos de los hijos de Dios están pasando por esa experiencia. Vivimos en tiempos muy peligrosos y difíciles, tiempos de angustia y lo que vendrán toda vía.
Balaa aprendió que no se puede pecar y ser feliz, no se puede violar los principios de Dios y servir a dos señores.
El mundo nos dice: “no confíes en Dios y tendrás riquezas, bien estar, y serás feliz”.
El Señor nos dice seguirme: “Sígueme”. Y te daré a beber del agua de la vida. No te justifique en tu vida por tu conducta.
Si quieres servir a Cristo, tenderas que subir el calvario tú sólo, y cuando llegues a la cumbre, veras la tierra prometida y el árbol de la vida. Ser fiel hasta la muerte y Yo te daré la corona de justicia.
Un ejemplo es el profeta Balaam, siempre buscaba sus intereses propios. Dios había hecho conoce su voluntad al profeta.
En el ver. 20 encontramos el mensaje que Dios le dio, “aras lo que yo te dijere”.
Esta fue una instrucción meramente permisiva, basada no en voluntad de Dios sino en la propia voluntad de Balaam.
Pen pleno siglo XXII hay hombres y mujeres con el mismo talante y con la misma disposición que Balaam. Quiere tener las bendiciones de Dios, pero quieren hacer su voluntad.
En cierta ocasión en unas conferencias celebradas en cierto país Europeo.
Muchos jóvenes venían a ver dichas conferencias, solo para apagar su conciencia, y salían muy contentos, porque sabía que Dio les había perdonado y volvían a pecar.
Pero cuando el hombre es rebelde de corazón, Dios no puede permitir seguir sus deseos y entonces sufre las consecuencias.
Cómo es posible “pecar y ser feliz” Eso es lo que hacia exactamente Balaam, el rey de Balac le ordeno que maldijese a Israel, pero no se le dio hacer tal cosa.
Este rey Cananeo le había prometido riquezas y una buenas ganancias en tierras y bienes terrenales. Y todo esto por maldecir a Israel.
La ley de Dios se puede violar de muchas maneras y formas. Muchos jóvenes, y adultos violan la ley de Dios, y sólo quieren hace su voluntad.
Pero como Balaam, deben aprender que Dios tiene paciencia, pero también tiene un lime, y deben de aprender cómo Balaa, de que no se puede servir a dos Señores, y seguir pecado.
Muchos de los hijos de Dios están pasando por esa experiencia. Vivimos en tiempos muy peligrosos y difíciles, tiempos de angustia y lo que vendrán toda vía.
Balaa aprendió que no se puede pecar y ser feliz, no se puede violar los principios de Dios y servir a dos señores.
El mundo nos dice: “no confíes en Dios y tendrás riquezas, bien estar, y serás feliz”.
El Señor nos dice seguirme: “Sígueme”. Y te daré a beber del agua de la vida. No te justifique en tu vida por tu conducta.
Si quieres servir a Cristo, tenderas que subir el calvario tú sólo, y cuando llegues a la cumbre, veras la tierra prometida y el árbol de la vida. Ser fiel hasta la muerte y Yo te daré la corona de justicia.
MARANATA.
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