AUN LOS PROFETAS SE ENFADAN.

Balaam responde a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca ésa hablaré. Números 22:38.

No importa el cargo que desempeñes en tu vida, sea sencillo o encumbrado. Lo importante es la lealtad a tus principios y a Dios. 

La ambición del hombre a existido desde el principio de los siglos, es una característica del rey de este mundo. 

En la antigüedad el Profeta Balaam fue seducido al soborno, para maldecir las huestes de Israel. El amor al dinero y al bienestar, es un arma de doble filo y muchos yerran en este mundo. 

Y en esta amonestación que nos da el testo de hoy, hay una gran advertencia para el pueblo de Dios. El cristiano que dice esperar la 2º Venida de Cristo, pero que busca la amistad con el mundo cómo lo hizo Balaam. 

Balac era rey de Moab, estaba preocupado por el gran numero del pueblo de Israel. 

Había tenido noticias de los últimos acontecimientos que ocurrieron en Egipto, y esto lo alarmo. Este rey no admitía negativas. 

Y envió a sus mensajeros para cautivar los sentidos de Balaam profeta de Dios. Con grandes dones en telas y oro, pero el pecado de Balaam fue su amor por ese mundo materialista. 

Muchos hijos de Dios, son tentados con los mismos argumentos que fue tentado Balaam. Muchos ceden a la tentación, otros resiste la envestida de los deseos de este mundo. 

Balaam tuvo problemas en el viaje, el burro era mas inteligente que él. Vio el problema en el camino y se apartaba, pero la insensatez y la poca visión del profeta le obligaba a pasar al burro. 

Este hecho insólito, nos tiene que hacer reflexionar al hombre cristiano. En este mundo hay muchos como Balac, queriendo hacernos caer y dejar a Dios de lado. 

Balaam tuvo que bendecir a Israel y el cayo en la desgracia por seguir al mundo. Lo mas terrible de esta historia es que dentro de los dirigentes religiosos hay muchos Balac, que quieren hacer caer al pueblo de Dios. 

La experiencia de Balaam es un ejemplo clásico de la lucha entre el deber y el deseo. 

La lucha por hacer lo correcto delante de Dios, y el deseo de servir al mundo y a Dios. 

¡No se puede servir a dos señores! Oh sirves a Dios, y haces lo que Dios te manda; oh sirves al rey de este mundo. 

Vemos a través de los años, que este ejemplo se repite dentro de la sociedad, y dentro de la iglesia de Dios. 

Estimado lector. Solo hay un camino para la vida eterna, la obediencia a los requerimientos de Dios, guarda su ley, y ayudar a tu prójimo. Cuando choca el deseo y el deber, ¡el deber debe triunfar en la vida del cristiano!

MARANATA.

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