LA LIMPIEZA DEL ALMA.

Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y sé bautizado; y lava tus pecados invocando el nombre del señor. Hechos 22:16.

Pablo nunca olvido su conversión de perseguidor de todos los que creían en Cristo. Eso fue una marca que nunca olvidaría, pero cuando conoció a Cristo y su gran amor perdonador encontró la paz.

Aunque en su mente siempre estaría presente. Pablo demostró un amor por la causa de Dios que ha traspasado las fronteras del mundo. 

Como discípulo que somos de Cristo, deberíamos de tener el amor de Pablo para con las almas: “Digo de Pablo”, pues mejor sería demostrar el amor por las almas como lo demostró Jesús. 

Pero se que es difícil, no imposible, demostrar el amor por las almas como lo demostró Jesús. Pablo dijo: “Se imitadores de mí, así como yo de Cristo” 1º (Cor. 11:1). 

Muchos cristianos de la iglesia primitiva reflejaban su buena conducta y sus buenas obras iban delante de ellos. 

Son ejemplos que deberíamos hoy día de tener en cuenta en el pueblo de Dios. 

Pablo a través del tiempo nos escribe las palabra de 1º Cor. 11:1. “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”. Pablo empieza su ministerio después de un retiro en el desierto, donde Dios le enseña y lo prepara para su ministerio. 

Perseguido por los judíos (Hech. 9:23-25), y por los griegos que querían su muerte (Hech. 9:29-31). Su necesidad de predicar la palabra de verdad a todo el mundo conocido. 

Muchos cristianos son oidores de la palabra, pero no realizan la obra de anunciar la palabra. Son tibios, comodones en sus sofás. No son o no somos imitadores de Pablo (Hech. 9:20-22). 

Pablo era imitador de Cristo, y este es el consejo que Pablo nos da a cada cristiano Laodicenses. Creo fielmente que todos los cristianos deberíamos tener un gran impulso de llegar a ser hombres y mujeres de Cristo y ser un ejemplo como lo fue Cristo y Pablo en su ministerio. 

Pablo era impulsivo en ser como su Maestro, y de avanzar su obra hasta su venida. Esa tarea nos corresponde ahora a nosotros. 

El tiempo se esta cercando cada día más y más. Roguemos a Dios que nos haga ser misioneros como lo fue Pablo, cada uno con los dones que Dios le ha concedido. 

Pablo comprendo la gran verdad de llevar el evangelio al mundo, hasta finisterre que era el fin de la tierra en aquellos días. 

Cada creyente ha experimentado el impulso de hacer grandes cosas para nuestro Señor. 

Ahora es el momento, ya que los tiempos serán cada día mas peligrosos, y lo tendremos que hacer. Os animo en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, predicar la palabra tiempo y fuera de tiempo. Para que Dios sea glorificado.

MARANATA.

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