En el mundo cristiano hay experiencias de hombres y mujeres que fueron usados por el Espíritu Santo. Una de ellas es la de Catherine Marshall, viuda del Dr.
Peter Marshall, su marido fue capellán del Senado de los Estados Unidos, cuenta como el Espíritu Santo fue sobre ella y esto tuvo un profundo efecto en su vida. Cuando uno pide el Espíritu Santo debe de tener en cuenta varios factores a la hora de pedirlo al Señor.
Debe de haber una sed real que traiga como resultado de pedir este don especifico en la vida de una persona. Debe haber un arrepentimiento,y una ruptura con la vida antigua de la persona. Usted y Yo. Debe haber una disposición sincera y de buena voluntad para obedecer.
Un deseo vehemente da la
voluntad para obedecer, y el deseo y la intención de usar la vida
de usted y yo, para ministrar a otros la palabra de Dios. Pedro cuando fue a casa de Cornelio, el Espíritu Santo estaba listo para manifestarse en la familia de Cornelio. ¿porque?
Ellos tuvieron una preparación personal con Cristo, tuvieron un propósito en la vida para veneficiar a otros. Ya que el Espíritu Santo siempre está listo para bendecir, cada vez que los hombres estén dispuestos a recibirle.
Pero el Espíritu Santo no puede manifestarse en nuestra vida cuando nuestra mente está enfocada en las cosas de este mundo. El Espíritu Santo reacciona muy sensiblemente a la existencia de todo pecado y mundanalidad en nuestra vida.
Por lo tanto, debemos mantenernos en el amor de Dios y permanecernos con pureza y conectado con Dios mediante la oración, a fin de que cerremos la puesta contra las impurezas, y debemos desplegar un espíritu noble, de amor, y una disciplina correcta ante Dios. (2º Tim.1:6-7).
La batalla sera dura,
no abra retrocesos ante la adversidad. El camino sera cada vez más
angosto, llenos de piedras grandes y pequeñas, pero nuestra voluntad
debe de estar escondida en Cristo. El Espíritu Santo sera nuestra ayuda en cada situación en la que estemos en peligro.
La batalla viene a la hora de elegir el bando en que queremos estar, nuestra propia voluntad no sera coaccionada, debemos de dejar a un lado nuestra propia voluntad ante la gran invitación del Espíritu Santo.
“No tiene límite la utilidad de aquel que, poniendo el yo a un lado,deja obrar al Espíritu Santo en su corazón, y vive una vida completamente consagrada a Dios” (DTG. 216).
MARANATA.
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