EL PODER DE LA ORACIÓN

Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Hech. 13:2
El Señor en su gran misericordia aparta a los que pueden hacer una gran labor en su obra. Todos como ya dije anteriormente tenemos dones que Dios nos ha concedido. Y es Dios quien nos llama para hacer su obra en la tierra. 

Somos libres de aceptar o no. Pero muchos de los hijos de Dios, quiere cargos altos, y no entienden que en un puesto más bajo puede hacer más obra para el Señor. 

El cristiano humilde, sincero y que quiere hacer la voluntad de Dios aceptara con alegría el cargo que se le asigne por el Espíritu de Dios. 

Tenemos muchos ejemplo en la Palabra de Dios. Pablo su obra de oración, exhortación y enseñanza-, estaba dedicada a Dios. El ayuno era parte de la consagración. Se ha dicho con razón que un estómago lleno no estudia con diligencia ni ora con fervor (Mat. 4:2-3). 

He descubierto que las iglesias que crecen ponen siempre un énfasis significativo en la oración y en la alabanza. Cuando una iglesia hace esto el Espíritu Santo obra en la iglesia. 

Y sin duda el Espíritu santo expresara su voluntad a elegir los cargo de la iglesia. 

Sera entonces cuando apartara a hombres temeroso de Dios para los fines y propósitos de Dios en su Iglesia. 

Así fue cuando eligieron a Bernabé y Saulo debían ser apartados para una obra muy especial. Saulo fue designado desde el comienzo como “instrumento escogido” (cap. 9:15). 

Yo me pregunto ¿cuantos Saulo ¡ay! en la iglesia que por motivos muy diversos no quiere trabajar para el Señor? 

Dios no obliga a nadie, pero debemos ser consecuente con nosotros mismo ante Dios. Bernabé fue un gran colaborador de Saulo. 

Esa fue la orden inspirada por el Espíritu Santo. La iglesia de Antioquia fue grandemente bendecida. 

La vida espiritual debe ser sostenida mediante la comunicación con Cristo a través de la lectura de la Biblia y la oración. 

La mente debe espaciarse en ella, el corazón debe llenarse de ella. 

La Palabra de Dios establecida en el corazón, considerada sagrada, y obedecida mediante el poder de la gracia de Cristo, puede hacer que el hombre sea recto y puede mantenerlo recto. (MS 2, 143). 

Cuando su palabras de instrucción han sido recibidas, y han tomado posesión de nosotros, Jesús es para nosotros una presencia permanente, que gobierna nuestros pensamientos, ideas y acciones. (TM 395). 

Pablo y Bernabé estaba henchidos de la sabiduría de lo alto para hacer su ministerio. 
MARANATA.
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