martes, 19 de junio de 2018

¿DIOS HACE PREGUNTAS?

Y cuando hubieron comido, (desayunar) Jesús dijo a Simón Pedro: Simón hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Dícele: Sí, Señor. Tu sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis corderos. Juan 21:15
El poeta T.S. Eliot escribió una vez: “¡Oh, alma mía! Prepárate para la venida del Extraño, prepárate para aquel que sabe hacer preguntas”. 

Debemos de comprender la historia de Pedro, hasta tal punto que podemos estar nosotros en su propio lugar. Es una lección para el cristiano. 

Pero muchos lo pasan por alto, o simplemente dicen: “eso no es para mi, es para el” Jesús va al centro del problema del ser humano, y esta vez le toco a Pedro. Pedro tenía un problema que era su arrogancia y orgullo. 

El se consideraba el favorito del Maestro. En este texto hay que diferenciar el amor “Agapáo. En su respuesta a la pregunta de Jesús, pero pedro usa otro verbo en su respuesta para “amar”, a saber filéo. Estas dos palabra se diferencia en su significado. 

El “Agapóo” es el amor absoluto, es el amor supremo, es el amor más excelso. Es un amor rígido por principios y no por emociones; en cambio: filéo tiene relación con amor espontáneo, movido por una emoción. 

Las primeras pregunta de Jesús a Pedro se usa el verbo “Agapáo.”, y la respuesta de Pedro es filéo. Esta es la tercera vez que aparece la palabra fiéo, en la pregunta de Jesús, y, como en las oraciones anteriores, también filéo en las respuesta de Pedro. 

Jesús le hace dos veces la pregunta a Pedro si lo ama con la formula más excelsa del amor (agapáo).Y Pedro le contesta a Jesús con un sentimiento emanado de una amistad común: “Tu sabes que te amo (filéo) 

En la tercera oportunidad, le pregunta si le ama como un amigo (filéo), lo cual había admitido dos veces. Pedro tenia una duda implícita en la tercera pregunta. A Pedro le dolió la pregunta, no porque se le hubiera hecho la misma pregunta tres veces, porque la tercera vez Jesús cambió su pregunta y puso en duda la sinceridad de Pedro. 

La respuesta de Pedro uso el verbo (“Agapáo.”), Para pedro había desaparecido toda arrogancia, amaba a su Maestro más que a nada. 

El Espíritu Santo estaba trabajando con Pedro, al igual que lo hace con nosotros. 

¿Pero como amamos nosotros a Jesús? ¿Como contestamos a Jesus a sus pregunta si le amamos? ¿Como le responderíamos? Es una pregunta para meditar. 

Quizá debiéramos a menudo, cuando estemos de rodillas, expresar a Dios una respuesta como la que tuvo Pedro.

“Padre, yo sé que estoy ante tu presencia y que tú lees mi corazón, ayúdame por medio de tu Santo Espíritu a amarte de tal modo, que mis actos reflejen mi amor por ti. 
Para que el mi barrio vean que soy tu hija o hijo. Crea en mi un amor limpio y puro. 
MARANATA.
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