sábado, 3 de marzo de 2018

NUESTRO NOMBRE ESCRITO EN EL CIELO


Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaros de que vuestros nombres están escrito en los cielos. En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu. Lucas 10:20-21.
Los cristianos que aman al Señor no centra su regocijo en lo que ellos han hecho sino más bien en Jesus que les ha asegurado su lugar en el cielo. 

El Espíritu Santo incluso guió a Jesús para que se regocijara al ver a sus discípulos comenzando a aceptar la certeza de quién él realmente es. Se gozo más cuando los mando a predicar las nueva, nuevas de la salvación de Dios a Israel. 

Es escocés Joseph Kemp tuvo el privilegio de sentir el fuego del Espíritu Santo, y regreso a su iglesia local y en 1095 guió a su pueblo para que tuviese un reavivamiento por medio de la oración intercesora. 

Como resultado de ello, trajo un poderoso derramamiento del Espíritu Santo en Edimburgo. La gente al escuchar sus experiencia “La gente derramaba sus corazones en oraciones insistentes hacia el trono de la gracia. 

Para que el pueblo de Dios tenga un verdadero reavivamiento, en mujeres y niños y adultos debe de haber un cambio.Debe de traspasar todas las formas prescritas que debe de deshacer todas las formas de convencionalismo. 

Todas las personas que fueron atraídas por el poder del Espíritu de Dios cambiaron sus vidas. La gente de Edimburgo, al igual que Jesús, podían regocijase en el Espíritu. 

“Hay personas que dicen que nuestra iglesia o nuestra religión no tiene gozo, si los santos de Dios viviente no tiene gozo, 
yo me pregunto ¿quién lo tiene? 

Por experiencia propia he experimentado en mi vida durante 56 años el gozo de mi Señor, y espero hasta que él me de el descanso gozarme en mi Señor por el Espíritu Santo. 

Es por eso que la oración y el verdadero propósito de la oración no es lograr un cambio en Dios, sino producir un cambio en nosotros para que anhelemos un cambio en nosotros para que anhelemos tanto “el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil.2:13). 

 Dios enviará una respuesta a cada petición que haga con humildad y fe el que pide con sinceridad. Dios puede responder 
afirmativamente o negativamente, y “Yo” doy fe de ello, y a veces su respuesta es que esperemos.

Habrá ocasiones en que la respuesta a la oración debe demorarse, por que es necesario que haya un cambio en nuestro corazón delante de Dios antes de que él pueda responderla (DTG 170).

Hay ciertas condiciones para que Dios pueda contestar la oración y si parece que demora, deberíamos preguntarnos si la dificultad esta en nosotros. Pero no olvidemos que el gozo del espíritu Santo, es saber que tenemos el perdón y la vida eterna. Amen.
Maranata.
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