A todo aquel que dijere alguna
palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonada;pero al que
blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado Luc.
12:10
En la cruz vemos el gran amor del
Padre, Jesús perdonó todos los pecados de la humanidad al pagar el
precio “no solamente por los pecados nuestro, sino también por
todos del mundo” (1º Jun.2:2).
Para que yo me apropie de ese
perdón es necesario que confiese mi pecado cuando el Espíritu Santo
produce convicción en mi corazón (1 Jun.1:9; Jun 16:8). El perdón
es sobre mi por los méritos de Cristo. Pero el pecado contra el
Espíritu no es perdonado.
¿Por qué? Cuando el Espíritu Santo
llama al arrepentimiento y rechaza la convicción y la confesión, y
las súplicas del Espíritu Santos son resistidas.
Hay un ejemplo en la Biblia, “Judas” tuvo tiempo de a repentirse antes de salir del aposento alto, y resistió la suplicas del Espíritu Santo.
Hay un ejemplo en la Biblia, “Judas” tuvo tiempo de a repentirse antes de salir del aposento alto, y resistió la suplicas del Espíritu Santo.
Judas
sentencio su vida para la muerte eterna. Una persona que rechaza la
suplica del Espíritu tiene una actitud de arrogancia descomunal, y
es tan duro como una roca. “Confesar” es una palabra que es
importante comprender. Significa “decir la misma cosa” o “estar
de acuerdo”.
De modo que cuando el Espíritu Santo me convence de
pecado, es importante que mi confesión reconozca específicamente
la compresión exacta del pecado que el Espíritu ha colocado en mi
corazón. El profesor T. Anderson ilustra la importancia de la
confesión especifica.
“Supongamos que un padre sorprende a su hijo
arrojando una piedra a un coche. El papá le dice: `Tú arrojaste una
piedra a un coche, y esto ha estado muy mal”. Si su hijo responde:
`Lo siento papá, ¿ha confesado? No realmente.
Podría también
decir: `Por favor,perdóname, papa´, pero ¿ha confesado en
realidad? No. El no ha confesado hasta que este de acuerdo con su
padre: 'Tire una piedra a un coche : estuvo mal´ . (The Bondage
Breaker, p.81). Eso es lo que tú no quieres que yo haga.
“Cuando pecamos nos podemos sentir triste y
incluso enfadado con uno mismo, o incluso decirle a Dios que estas
triste no es confesión.
Usted confiesa su pecado cuando dice lo que Dios dice al respecto:
Usted confiesa su pecado cuando dice lo que Dios dice al respecto:
Le di acogida a un pensamiento sensual, y eso
y eso es un pecado´; Con tu ayuda y tu poder venceré mis deseos
pecaminosos. “Ten piedad de mi, oh Dios, con forme a tu
misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis
rebeliones. (Sal. 51:1).
Tales confesiones especificas rompe los
baluartes que Satanás tiene en nuestra vida y permite que cada día
el Espíritu Santo glorifique a Jesús nuevamente en nosotros a
través de nosotros.
Maranata.
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