Ninguno enseñará a su prójimo,
ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor. Porque todos me
conocerán, Desde el menor de ellos hasta el mayor. Hebr. 8:11.
Una de las cosas que aprendi en
el seminario de Sagunto fue la teocracia que tenia el pueblo de
Israel.
En el testo anterior (ver. 10) senos dice que Dios pondera su ley en nuestros corazones. Ese era el propósito de Dios cuando dio su ley en el Sinaí.
Pero los Israelitas se contentaron con considerar esos estatutos sencillamente como código externo y su observancia como un asunto de cumplimiento también externo. Dios no tenía el propósito de que sus leyes fueran consideradas así.
Ofreció un corazón nuevo (ver Eze. 36:26). Pero Israel quería una religión legalista y aparente.
Ahora bajo un nuevo pacto, se transforma los corazones y las mentes de las personas por medio del Espíritu Santo. (Rom. 12:2; 2º Cor. 5:17).
Ninguno enseñará a
otro. A través del Espíritu Santo, el ser humano disfrutara de una
experiencia religiosa y personal.
Todo cristiano podrá ahora allegarse directamente a Dios sin sacerdotes como intercesor.
Serán “guiados por el Espíritu de Dios” (Rom. 8:14), “aprenderán de Dios a través de su Palabra” (1 Tes.4:9) y todos los que lo deseen tendrán “la unción del santo” que te hará conocer “todas las cosas” 1º Juan 2:20).
Esto es lo que ocurrió en España en el siglo XVI fue el periodo heroico de la historia de España, donde hombres y mujeres, prelados y monjes abrazaron la reforma. La Biblia se leía en porciones de libros como Lucas, Marcos etc.
Hombres como Alfonso de Valdés, secretario del virrey y de Nápoles. Constantino Ponce de la Fuente, capellán de y confesor de Carlos V. Los monjes de San Isidoro del Campo, todos los monjes recibieron la Palabra (la Biblia). Incluso el arzobispo de Carranza el cual sufrió cárcel por 20 años.
Las Sagradas Escrituras llegaron a toda España. Y un hombre en el cual Dios lo protegió con esmero fué Julián Hernández, un enano que, se disfrazaba a menudo de buhonero o de arriero, hizo muchos viajes trayendo la Biblia a España, cruzaba los pirineos desde Flandes, Alemania, y Francia, y llegaba hasta Sevilla.
Hombres como Agustín Cazalla. Todos fuero llenados del Espíritu de Dios a través de su palabra y fueron libres en Cristo.
La Biblia llego a Zaragoza, Huesca, Barbastro. Donde estaba el gran Inquisidor Torquemada.
Pero a través de las dificultades el pueblo de Israel espiritual se rige por una democracia como tienen todas las personas a ser libres en asuntos morales, y de aceptar su responsabilidad ante Dios y los hombres.
La libertad que concede Dios la conocemos a través de su Palabra. Dios nunca coaccionara la mente del hombre. Dios es amor, y su gobierno se rige por este principio.
Maranata.
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En el testo anterior (ver. 10) senos dice que Dios pondera su ley en nuestros corazones. Ese era el propósito de Dios cuando dio su ley en el Sinaí.
Pero los Israelitas se contentaron con considerar esos estatutos sencillamente como código externo y su observancia como un asunto de cumplimiento también externo. Dios no tenía el propósito de que sus leyes fueran consideradas así.
Ofreció un corazón nuevo (ver Eze. 36:26). Pero Israel quería una religión legalista y aparente.
Ahora bajo un nuevo pacto, se transforma los corazones y las mentes de las personas por medio del Espíritu Santo. (Rom. 12:2; 2º Cor. 5:17).
Ninguno enseñará a
otro. A través del Espíritu Santo, el ser humano disfrutara de una
experiencia religiosa y personal. Todo cristiano podrá ahora allegarse directamente a Dios sin sacerdotes como intercesor.
Serán “guiados por el Espíritu de Dios” (Rom. 8:14), “aprenderán de Dios a través de su Palabra” (1 Tes.4:9) y todos los que lo deseen tendrán “la unción del santo” que te hará conocer “todas las cosas” 1º Juan 2:20).
Esto es lo que ocurrió en España en el siglo XVI fue el periodo heroico de la historia de España, donde hombres y mujeres, prelados y monjes abrazaron la reforma. La Biblia se leía en porciones de libros como Lucas, Marcos etc.
Hombres como Alfonso de Valdés, secretario del virrey y de Nápoles. Constantino Ponce de la Fuente, capellán de y confesor de Carlos V. Los monjes de San Isidoro del Campo, todos los monjes recibieron la Palabra (la Biblia). Incluso el arzobispo de Carranza el cual sufrió cárcel por 20 años.
Las Sagradas Escrituras llegaron a toda España. Y un hombre en el cual Dios lo protegió con esmero fué Julián Hernández, un enano que, se disfrazaba a menudo de buhonero o de arriero, hizo muchos viajes trayendo la Biblia a España, cruzaba los pirineos desde Flandes, Alemania, y Francia, y llegaba hasta Sevilla.
Hombres como Agustín Cazalla. Todos fuero llenados del Espíritu de Dios a través de su palabra y fueron libres en Cristo.
La Biblia llego a Zaragoza, Huesca, Barbastro. Donde estaba el gran Inquisidor Torquemada.
Pero a través de las dificultades el pueblo de Israel espiritual se rige por una democracia como tienen todas las personas a ser libres en asuntos morales, y de aceptar su responsabilidad ante Dios y los hombres.
La libertad que concede Dios la conocemos a través de su Palabra. Dios nunca coaccionara la mente del hombre. Dios es amor, y su gobierno se rige por este principio.
Maranata.
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