Parafraseando.
Os saluda Josue, el cual es de vosotros, siervo de Cristo, siempre solícito por vosotros en oraciones, para que estéis firmes, perfectos y cumplidos en todo lo que Dios quiere. Col. 4:12.
Vosotros que estáis convencido de la verdad presente del conocimiento de que Cristo esta a las puertas. Y que por la gracia de nuestro Señor Jesucristo estáis alcanzando la meta y la experiencia de vuestro carácter Cristo Jesús.
El Infinito, el único que puede producir orden y belleza del caos y confusión de la oscuridad de la naturaleza, puede subyugar el rebelde corazón de hombre y mujeres y poner su vida en conformidad con la voluntad divina. Su Espíritu puede placar el temperamento rebelde.
Día tras día estamos edificando el carácter lo estamos edificando para la eternidad. Dios desea en nosotros que nuestra vida, demos ejemplo a la gente que esta a nuestro alrededor, familiares y amigos y también a nuestros vecinos y por ende al mundo de lo que debiera ser, y de lo que puede ser por la obediencia al Evangelio de Cristo.
Debemos colocarnos en las manos de Cristo para que él nos trate como a él le parezca bien. No deshonremos a Dios con nuestra imprudencias, o malas palabras incluso con nuestro ejemplo este debe ser intachable a los ojos de Dios.
“Vosotros sois la braza de Dios, edificio de Dios” (1ºCor. 3:9). Si edificamos la estructura en cooperación con Dios, la estructura que levantemos día tras día crecerá más bella y más simétrica bajo la mano del Maestro constructor y la obra perdurara por toda la eternidad, siendo un testimonio para todos los mundos habitados del universo.
Es también una obra continua que eleva más y más a los cristianos sinceros y temerosos de Dios. Cristo nos dice: “Sed vosotros perfecto, como vuestro Padre que esta en los cielos perfecto” (Mat. 5:48).
Aunque para una gran mayoría del mundo que no acepta a Cristo. Él es nuestro más exponente ejemplo. Durante su vida terrenal, siempre fue bondadoso amable y gentil. Su influencia fue siempre fragante, pues en él moraba el perfecto amor. Nunca era agrio, ni irritable nunca y nunca transigía con el error para obtener un favor.
Si tenemos su justicia, seremos como él en gentileza, en tolerancia, en amor desinteresado para con el prójimo. Morando en la luz del sol de su presencia, ¿No seremos ablandados por su gracia? ¡Hay! De aquellos que no Honremos nuestra profesión de fe. Adornemos nuestras vidas con bellos rasgos de carácter. La aspereza en el hablar y en las acciones no son de Cristo, sino de Satanás.
Al aferrarnos de nuestras imperfecciones deformidades, ¿ha s que Cristo se avergüence de nosotros? La gracia de Cristo nos es prometida. Si la recibimos, embellecerá nuestra vida (R. H. 1904).
Maranata
Sigan
orando por la vista de mi esposa.
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica
La
Biblia a través del tiempo.
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