Por lo cual, hermanos, tanto más procurar hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 2º Pedro 1:30.
Esta es la única elección de la cual habla la Biblia. Caídos en pecado, podemos llegar a ser participantes dela naturaleza divina y alcanzar un conocimiento muy superior a cualquier conocimiento científico. Participando de la carne y sangre de nuestro Señor crucificado ganaremos vida eterna.
El apóstol entendía la posición central de Cristo,para efectuar la salvación del hombre. Lo que deseaba el apóstol entonces, lo desea ara los creyentes del siglo XXII y los que vengan detrás, era que comprendamos la responsabilidad en cooperar con los instrumentos divinos.
Nadie necesita perder la vida eterna. Todo el que elige diariamente aprende del Maestro celestial hará segura su vocación y elección. Humillemos nuestro corazón delate y continuaremos conociendo a Aquel cuyo conocimiento correcto es vida eterna.
“Procurara hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor Jesucristo (2º Ped. 1:10,11).
El Gr. bèbaios, “firmes” “estables”. El llamamiento y la elección son un acto e Dios. (1º Pedro.1:2; 2:21); sin embargo, es muy posible que una gran mayoría del pueblo de Dios desecharan “la gracia de Dios”.
La gracia es dada gratuitamente. Aquí está vuestra y la mía, el certificado de seguro de vida. Esta no es una póliza de seguro cuyo valor algún otro puede recibir después de vuestra muerte. Por lo tanto, el creyente necesita ocuparse en su salvación “con temor y temblor” (Fil. 2:12).
En cuanto a la elección (ver Rom.:11). Dios se reserva el derecho de asignar a los hombres y a las naciones responsabilidades. . . pero es Dios por medio del Espíritu Santo, distribuye los dones “como el Espíritu quiera”. ¡Qué seguridad! ¡Qué esperanza! Revelemos siempre al mundo que estamos buscando una patria mejor, la celestial. Allí en los confines del universo.
El cielo o universo, ha sido hecho para nosotros, y queremos una parte de él. En esta vida debemos ser participante de la naturaleza divina. Queridos amigos, y hermanos en cristo, tenemos sólo una vida que vivir.
¿como la estamos viviendo? Para el mundo o para Dios. Sea pues una vida de virtud, y oculta con Cristo en Dios.
Solo se vive una vez. En unidad hemos de ayudarnos mutuamente a ganar a perfección de carácter, es lo único que nos vamos a llevar al reino de de los cielos. Con este propósito, hemos de cesar en toda critica, o seamos como los antiguos que no entraron a Canaan.
Maranata
Sigan
orando por la vista de mi esposa.
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica
La
Biblia a través del tiempo
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