martes, 5 de mayo de 2015

LA JUSTICIA MEDIANTE CRISTO


Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2º Cor. 5:21.
El Dios de justicia no escatimó a su hijo. . . Toda la deuda por las transgresiones de la ley de Dios fue exigida a través de nuestro mediador. 

Para el hombre oriental, es inconcebible que un hombre o profeta muera por la maldad del hombre. Menos aún, uno que venia de parte de Dios para pagar la deuda que exigía la ley. Es por esto que media humanidad no cree en Cristo como Hijo de Dios.
Dios trato a Jesús como si hubiera sido pecador, aunque no lo era (DTG. 17). 

Las verdades expuesta en este verso, están entre las más profundas y significativas de toda la Biblia, el libro más sagrado del mundo. Este versículo resume el plan de la salvación al declarar la absoluta impecabilidad de Cristo, la naturaleza vicaria de su sacrificio, y cómo el hombre se libera del pecado por medio del Cristo.

Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento”. Su vida fue puesta en “expiación por el pecado”. “El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados” (Isaias. 59:10,5). Que pocos judíos lee este verso y lo entienden bien, ellos lo tuercen de tal modo que Cristo no ha venido para ellos.

La ley exigía la máxima pena, en el atrio se pagaba la ofensa por el pecado. Cristo sufrió la pena máxima de la ley por nuestras transgresiones en el atrio. La justicia que demandaba la ley fue plenamente satisfecha. 

Luego la ley no es abrogada: no ha perdido ni una jota de su fuerza. Por lo contrario, se yergue en santa dignidad, la muerte de Cristo en la cruz testifica de su inmutabilidad. Sus demandas han sido satisfechas, su autoridad mantenida.

Dios no escatimo a su Unigénito. Para mostrar la profundidad de su amor por los hombre. Lo entregó por todos nosotros. “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.(Juan 1:29). Mirarlo muriendo en la cruz, símbolo de la crueldad humana. Mirad a Aquel que es igual Dios, que fue mofado ridiculizado por una plebe de hombre y ángeles dispuesto a terminar su vida en un madero. 
Los hombres del siglo I, no lo concibieron como el Mesías. ¿Fue remitido al castigo debido a que era Hijo de Dios? Los escribas, los saduceos y los sacerdotes, no lo aceptaron como el Mesías de Israel. Y por ende los árabes tampoco. ¿Fueron retenidas las copas de ira de Aquel que fue hecho pecado por nosotros? 

El cielo y la tierra fueron sus testigos, ante los hombre y el universo. “Dios mío, Dios mío, ¿por que me has desamparado?” (Marc. 15:34). Zacarías también lo anuncia, al que traspasaron. . . En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén. (Zac. 13:10,11. Isa. 53.).
En el día del juicio habrá más tolerancia para Sodoma O Gomorra, que para aquellos de desecharon a Cristo como su redentor. 

El amor que existe entre el Padre y el Hijo no puede ser descrito para la mente humana. En Cristo Dios vio la belleza y perfección de excelencia que mora en si mismo. La gran pregunta es: Tú aceptaras a Cristo como tu Salvador personal?
Maranata
Sigan orando por la vista de mi esposa.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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