Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestro hijos, ¿cuánto más vuestros Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidan? Lucas. 11:13.
la oración no cosiste en persuadir a Dios a que acepte nuestra voluntad en cuanto a algo, sino descubrir cual es la voluntad al respecto.
El verdadero propósito de la oración no es lograr un cambio en Dios, sino producir un cambio en nosotros para que anhelemos tanto “el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil. 2:13). Dicho esto, Jesús nos quiere transmitir la esencia del amor a través de la oración sincera, y a pedir para veneficiar a otros.
Si sus discípulos, que tenían las debilidad de la humanidad, amaban a sus hijos lo suficiente para darles buenas dádivas, Dios que no tenían debilidades humanas, podía dar dones mucho mayores a sus hijos. A todos nos justa que nos hagan regalos.
Cuanto más regalos más felices nos sentimos. Nuestro Padre Celestial esta interesado en nuestra felicidad y sabe que el Espíritu Santo es el mejor regalo que nos puede dar nuestro Dios, para que seamos felices.
Jesús nos esta indicando que el hombre sabe dar buenas dádivas, y buenos dones a nuestro hijos. No nos esta indicando que siempre damos regalos a nuestros hijos.
La falta de fondos en los hogares nos impide dar regalos, pero no es así con nuestro Dios. Los dones esta siempre dispuesto para sus hijos solo hay una condición. Sólo hay que pedirlo conforme a su voluntad. Los que han pedido estas bendiciones han sido verdaderamente bendecidos.
Cuando recibimos el don del Espíritu Santo recibimos muchos dones que son valiosos para nosotros y para el servicio de Dio y su obra. Pablo los enumera (1º Cor. 12).
La sabiduría el conocimiento y la fe son unos pocos. Estos son dones que enriquecen. Un don que pocos aprecian en esta vida, es hacer el pan. Es un don del cielo, y que poco lo apreciamos. ¿Tenemos toda sabiduría que necesitamos para afrontar la vida de estos tiempos tan convulsivos?
Ciertamente no.
¿Tenemos todo el conocimiento que necesitamos para resolver los problemas de cada día? Ciertamente no. Tenemos toda fe que necesitamos cuando aparentemente no hay salida de una situación difícil? La mayoría de los cristianos no la tenemos. Sino examínese cada uno su corazón y sea sincero con sigo mismo.
Sin embargo esa sabiduría, ese conocimiento y esa fe están a nuestra disposición, solo hay que pedirla.
La fe verdadera demanda la bendición prometida y se aferra a ella antes de recibirla y sentirla. Debemos elevar nuestras peticiones al lugar santísimo con una fe que dé por recibido los prometidos beneficios y lo consideres ya tuyo.
A nosotros nos toca ejercitar la fe; pero el sentimiento gozoso y sus beneficios han de sernos dados por Dios. La gracia de Dios llega al alma por el canal de la fe, que está en nuestro poder ejercitar.
Maranata
Sigan
orando por la vista de mi esposa.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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