En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, em que Dios envió a su hijo al mundo, para que vivamos por él. 1º Juan 4:9.
El plan de la redención por el cual el misericordioso Redentor divino-humano rescató al hombre de la esclavitud del pecado, esta más allá de la compresión de los hombres o los ángeles.
Es por eso que los hombres teniendo el entendimiento cegado por su incredulidad, no reconocen a Cristo como su salvador personal. Pero reconoce a Dios, pero matan en su nombre creyendo que hacen un bien a su sociedad.
Para el hombre es un misterio pero un misterio tan excelente, tan grande, tan sublime, que nunca podemos esperar comprenderlo plenamente en su inmensidad. No tiene paralelo el sacrificio por el hombre caído.
Es el tema más excelso y sagrado en que podemos meditar. Cada corazón sincero sea Musulmán, Judío, o Cristiano; Cada ser humano sera iluminado por la gracia de Dios y sera constreñido a inclinarse con inexpresable gratitud y adoración delante del Redentor por su infinito sacrificio.
En si vida, Jesús de Nazaret se diferenció de todos los otros hombre. . . Es el único verdadero modelo de bondad y perfección. Desde los comienzos de su ministerio, lo hombres comenzaron a comprender más claramente el carácter de Dios. . . En todos los sufrimientos y aflicciones del ser humano hay un Ojo de compasión, un corazón de amor. “Como el Padre se comparece de los hijos, se comparece Jehová Dios de los que le temen” (Sal.103: 13).
El temor que se menciona aquí, es un temor de respecto y de admiración. Se prodiga sobre nosotros l más tierno cuidado de Dios. Se compadece de nosotros en nuestras debilidades y en nuestro dolores. Podemos estar abatidos, aun desesperados; puede estar sobre nosotros las densas nubes de aflicción; pero hay luz más adelante. . .(Manuscrito. 132. 1902).
En las generosas bendiciones que nuestro Padre celestial ha prodigado sobre nosotros podemos discernir innumerables evidencias de un amor que es infinito, y una tierna compasión que sobrepasa la simpatía anhelante de una madre por su hijo extraviado.
Cuando estudiamos y meditamos carácter divino a la luz de la cruz, vemos misericordia, ternura y perdon entre mezclados con equidad y justicia.
Exclamamos en el lenguaje de Juan: “Mirad, cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1º de Juan 3:1) (Testimonios t. 4. p, 461,462).
Maranata
Sigan
orando por la vista de mi esposa.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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