Y les dijo: mirad, y
guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en
la abundancia de los bienes que posee. Luc. 12:15
En cierta ocasión
un hombre le pidió a Jesús que diera su veredicto en un pleito. Su
respuesta no solo fue “impertinente” sino casi insultante. La
culminación de sus declaraciones constituyen el versículo de hoy.
¡Qué respuesta!
¡Qué extraña! ¡Qué poco”pertinente” para el avaro amante del
dinero! ¿Cuantos de nosotros seríamos capaces de decirles al rico
que vendiera todo lo que tiene y lo dejara a los pobres? ¡Esa
actitud “extremista” está tan desvinculada de la realidad!
El hombre que se
dirigió a Jesús o necesitaba mas riquezas; lo que necesitaba era
que la avaricia le fuera quitada de su corazón para que la riqueza
no le preocupara tanto. Sin avaricia en su corazón, no habría
disputa que arreglar.
Lo que más necesita
los hombres no es un sueldo mejor o mayores ganancias. Necesitan un
cambio de corazón y de pensamiento que los conduzca buscar
“primeramente el reino de Dios y su justicia” para que sienta
lena confianza de que las cosas indispensables serán concedidas.
El gran problema de
esta maltrecha humanidad es el materialismo es la raíz de todo mal,
y es que se ha convertido en la filosofía de este mundo,tanto que
genera todas las guerras y conflictos, todo por los intereses
económicos.
Posiblemente la
única vez que l gente admitió que Cristo estaba haciendo algo
“pertinente” e cuando alimento a los cinco mil hombre y mujeres
con uno panes y unos cuantos peces. Este hecho fue comentado en todo
el cielo y aun en los mundos abitados.
Los discípulos
vieron en ación los métodos de Cristo y comprendieron que el
movimiento saldría adelante. Pero Jesús que leía sus corazones
les dijo: “De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no
porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os
saciasteis” (Juan 6:26).
cristo tiene una
respuesta que puede ser aplicable, pues depende de nosotros.
“Trabajad, no por la comida que perece, no por la comida que a vida
eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste
señalo Dios el Padre” (ver. 27).
El secreto de la
paternidad de la verdad de la Palabra de Dios consiste en presentarla
en forma tan amante humilde y persuasiva que las mentes experimente
un cambio y los corazones se rinda a Jesús. Ora por el poder del
Espíritu Santo para que tu testimonio resulte atractivo y
convincente.
Maranata
Oren
por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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