martes, 10 de febrero de 2015

EL HOMBRE Y LAS RIQUEZAS.



Porque donde sta vuestro corazón, allí estará también vuestro corazón. Mat. 6:21.(versión moderna).

Tesoros es todo aquello a lo cual se aferra una persona, sin tener en cuenta su valor intrínseco. Los “tesoros” de niño puede tener poco valor en sí, pero para él son tan importantes como la fortuna de un rey. Los verdaderos intereses de una persona están donde tiene sus tesoros. Esta es la definición.

Es difícil poseer riquezas en la tierra y tener el corazón en el cielo. Por su puesto que hay excepciones, pero son muy escasas. El dinero, si lo ganamos honestamente, forma parte de nuestro ser. Nuestro texto so solo tiene una aplicación espiritual, sino material también. El dinero que conseguimos representa en forma muy real las neuronas, los músculos, los nervios, y la energía invertidos en ganarlo.
Si analizamos las ganancias de un hombre durante cincuenta años y examinamos cuidadosamente que hizo con su dinero, descubriremos que todo fue invertido en sus hijos y en su hogar, y al final solo le queda un miserable subsidio, lo justo para ir tirando hasta su descanso en él Señor.

Si este hombre es cristiano y practicante, vera que ese poca plata o dinero, Dios la multiplica y le sustenta. Cierto es que durante ese periodo que el invirtió en su trabajo, compro muchas cosas, unas buenas y otras malas. “¡Es parte de si mismo!” La vida de un hombre está invertida en las cosas que compró, guardó, arruino o regaló.

No todo es grano, ¡No! Las injusticias son grandes y penosas, y yo se que en aquel día el Señor ara justicia. En Venezuela a donde yo me crie hasta los veinte un años, conocí gente honesta, pero también personas que querían ser ricos en poco tiempo.
Pero el caso mas espectacular de la avaricia a costa de los demás lo conocí en España.

Se llamaba creyente, cristiano, temeroso de Dios. Pero ere el más ladrón, embustero, y cínico que jamás e visto a lo largo de mi vida. Se dedicaba a la construcción, había empleados que llevaba meses sin cobrar y era de la misma iglesia.
Nunca se me olvidara las palabra de ese joven. Si todos los … . son iguales yo no quiero ser uno de ellos, y el joven se marcho llorando.
Tristes palabras escucharon mis oídos, pero en la villa del Señor hay bastantes de este ejemplar, que darán cuentas algún día a Dios. Yo no se cuantos hay en la iglesia de Dios, esta clase de individuos. No sabéis que todo esta registrado en los cielos. Eso ami meda miedo, respeto. El día del juicio, en su definición más sencilla, es un ajuste de cuentas. ¡Oh si! Dios no tendrá al culpable por inocente.
Roguemos a Dios que nos limpie de toda maldad, para que en aquel día, estemos todos familias, amigos, en aquel lugar que él nos tiene preparado. Después me mostró un rio limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. Apocalíptica 22:1.
Maranata
Oren por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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