Porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual
es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia esta
sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en
todo. Efe. 5: 23,24.
Así como Jesús es
cabeza de la iglesia y el Salvador de su pueblo, el esposo debe ser
cabeza e influencia salvadora de su familia. Muchas parejas se unen
bajo la base de la teoría evolucionista, es decir, creen que un
hogar feliz evolucionará espontáneamente.
¡no es verdad! La
felicidad requiere planes bien trazados y abundante esfuerzos para
ponerlos en practica.
Creo que el
matrimonio no es un experimento.
No es, una toallita
que se puede usar y después tirar a su antojo. Dios estableció los
principios definidos para salvaguardar su felicidad. El salvador
[Dios] vigila celosamente todo hogar, porque sabe que Satanás
destrozara todos los hogares que no estén unidos con Cristo.
Tomara en cuenta,
todo lo que sucede en ese hogar y lo anotara en el libro de las
memorias, para cuando se celebre el juicio de ese hogar sacar todo a
la luz. Nada sera ocultado a la vista de los ángeles. Y será cuando
se determine su sentencia de vida o de muerte.
Para algunos sera un
cuento de hadas, pero cuando se vean ante un tribunal, verán la
cruda realidad. Observaran que su matrimonio se pudo salvar, pero la
arrogancia y el orgullo de uno de los cónyuges, llevo a la ruina esa
familia y a sus hijos, entonce el Juez justo, determinara la su
sentencia.
Esta la otra cara de
la moneda. La verdadera felicidad del matrimonio consistirá en hacer
de Dios vuestra confianza y en tratar de haceros feliz el uno al
otro. Se debe de practicar el dominio propio. Es muy fácil agraviar
o herir a tu pareja. Creo, que si pensáramos las cosas dos veces
antes de decirlas, no las a riamos.
El marido no debe de
considerar descomedidamente los sentimientos de su esposa, y esta de
su marido. Pablo dice: que la paciencia nos es necesaria. El amor
todo lo soporta, todo lo sufre, todo lo espera, es paciente, sufrido
etc.
Debemos practicar la paciencia, fomentar el amor, y sobretodo
dominar cada palabra y cada acto. Las grandes batallas se ganan de
rodillas ambos juntos, y tratar de ser una bendición para el otro.
Todo lo que suceda
en el matrimonio, debe de quedar dentro de ese circulo, no debe de
salir de el. Naturalmente estamos hablando de un hogar cristiano.
Vuestra vida es privada es sagrada; mantener en alto vuestra
barreras, de manera que nadie se sienta tentado a entra bajo vuestro
circulo. Sed calmados y tranquilos dejar un día o dos, pero no más.
Y sentaros y poner todo el problema en manos de Dios, y después con
calma dialogar, veréis que el problema no era tan grade como lo
habíais imaginado. Cada uno viva para Dios, y Dios viva en el
hogar.
Maranata
Oren
por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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