Pedid, y se os dará;
buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque cualquiera
que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abrirá.
Mat. 7:7,8.
Después de exponer
los altos ideales del reino de los cielos (cap 5:21-7:6) Jesús
dedica el resto de su sermón a los ciudadanos de su reino. Muchos
interpreta mal estos versos. No comprenden que la oración no
consiste en sacudir las puertas del Cielo para obtener beneficios
personales o el éxito de los planes trazados.
Se trata, más bien,
de dedicarnos a escudriñar la voluntad de Dios y a poner en práctica
sus propósitos.
Cuando una persona,
con honradez y determinación pide, busca y llama, hacer la voluntad
de Dios se va manifestar la gracia ante esa persona. Cristo reconoce
la imposibilidad de que los pecadores por sí mismos puedan obtener
un cambio en sus vidas y en sus ideas.
Cierto es, que al
final el hombre sincero con Dios, reconoce que los caminos de Dios
para nosotros son los mejores. Para muchos hombres, quieren una
respuesta rápida, hay un proverbio que dice: contra más rápido
quiero ir, más lento voy.
Un Sábado 13 de
agosto de 1831 en USA, por la mañana, un agricultor temeroso de
Dios, llamado Guillermo Miller, que hacia tiempo que estudiaba
intensamente las Escrituras desde hacía años, y había llegado en
su investigación a la conclusión inconmovible, basándose en la
profecía de los 2300 días y años, que se estaba por producir el
regreso de Cristo, se levanto de su escritorio movido por una firme
convicción.
En su mente se
repetía: “Ve a decírselo al mundo” en su corazón había gran
goza y un temor reverente, resonaba en sus oídos. Pero en su mente
le decía: “Soy muy mayor y viejo; no se hablar y menos dirigirme a
la gente. Nunca aprenderé a hacerlo”. Pero la voz de la
convicción insistía , y entonces el poniéndose de rodillas dijo:
Señor si me abres el camino, iría a predicar el mensaje que me as
hecho comprender acerca de tu venida.
Miller recibió una
invitación para poder hablar del tema que había investigado, la
venida del Señor.Predico en la iglesia Bautista y obtuvo sus
credenciales para hablar en el púlpito. Miller oró para conocer
cual era la voluntad de Dios para recibir fuerzas al fin de obedecer
a Dios.
Este hombre dedico
el resto de su vida, predico más de cuatro mil sermones, un promedio
de 445 al año.
Fue un hombre de Dios, como lo a habido a lo largo de la historia del pueblo de Dios. Hombre que han sido leales a Dios como la brújula al polo Norte.
Fue un hombre de Dios, como lo a habido a lo largo de la historia del pueblo de Dios. Hombre que han sido leales a Dios como la brújula al polo Norte.
Tú puedes ser un
hombre de este talante, no importa tu estatura intelectual o física,
Dios llama a hombres y a mujeres que sean sinceros de corazón y que
estén dispuestos a darlo todo por amor a él.
MARANATA.
Sigan
orando por mi vista.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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